RESEÑAS
Escuchá y flotá

Son como 50 mil los que el pasado domingo fueron a ver a los Power Rangers, cientos de miles los que vieron el flipper que fue el gol de Lugüercio por tele, y alrededor de ochenta los que flotaron en el Zaguán del Sur con los sorprendentes The Ganjas.
Quien comenta se acomodó en esa nube que paseó por Once (¡todavía existe el Spinetto!), la que construyó esta agrupación chilena que entrega climas espesos a partir de una lasaña sónica, donde cada capa agrega su pizca de sabor.
La noche había empezado sobre las 10, cuando The Baseball Furies, se tomó más de la mitad del show en un himno solemnemente tedioso (su tecladista, un prófugo de El Planeta de los Simios, dijo que fueron 5 temas) para llegar a un cachetazo de rock espacial de filosa guitarra, dónde se lució la banda entera. El cronista preguntó al tecladista acerca del nombre del tema. Son como 7 palabras en inglés.
Humo del Cairo, se escuchaba desde la esquina. Uno que pasaba los treinta se puso un saco -pese al calor- para esconder su camisa de Coto, y se metió a agitar con este trío stoner, que aportó otra capa psicodélica a la velada, en plan hard rock.
Mezcla de Sabbath con un caramelo Hoffman, los Humos asoman la cabeza en el stoner local, y ya han teloneado a NIN, Judas Priest y Black Rebel Motorcycle Club. El desenlace del show incluyó semillas y bongoes que decoraron esa ruda bola de sonido.
El plato fuerte llegó con Manuel Maquieira (voz y guitarra), Rafael Astaburuaga (bajo, voz y casi líder, por vocación), Pablo Giadach (otra viola y también voz) y Aldo Benincasa (batería), cuatro chilenos que minaron el agradable recinto de shoegaze, dub y space rock, de una densidad que se escuchó con todo el cuerpo.
Mucha masa en poco volumen; eso es densidad. En este caso, el viaje que ofrece The Ganjas es también profundo, psicodélico, invita a quién lo desee a fumarse el porro que se lleva por las dudas (el segundo) para alcanzar mayor nivel perceptivo, o para irse al carajo, enganchado a un riff.
Un dub chicloso, eléctrico, distorsionado, salvaje y ginebroso. Es que cuando los pibes se tomaron esa Bols, y enseguida volvieron a la acción, hasta pareció que el poder provenía de la espirituosa bebida.
Con varios discos en su haber (“The Ganjas”, “Fuma y Mira”, “Laydown” y “Daybreak”), son un referente del rock independiente del país trasandino, y esta vez, su cuarta en Argentina, vinieron a mostrar su “This is the time 2002-2007”, una recopilación de sus cuatro álbumes, con las canciones remasterizadas.
Algunos de los temas que sonaron, entre tantos cuelgues y más cuelgues, fueron “Sonic Redemption”, “Smokin Luise” y “Dark Side”, en el que ofrecieron un final a puro duelo de violas, y cuando ya el reloj marcaba que era lunes.
No es música fácil de digerir ni apta todo público, que quede claro; pero para los simpatizantes del género, o para los ávidos de cuelgues sónicos intergalácticos, aquí tienen a The Ganjas para flotar por el universo.
Tenés que estar logueado para escribir un comentario Iniciar sesión