RESEÑAS

Esa mujer

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“Gracias, esto fue todo”: con esta broma comenzó en Casa Jardín -un “hostel creativo” de Palermo Viejo donde hay exposiciones de fotografías y pinturas y otras actividades- el recital de FLORENCIA LESTANI, más conocida como FLOPA. En los minutos previos al inicio del show se había cortado la luz en dos oportunidades por el diluvio, y luego los equipos de sonido se negaron a funcionar correctamente durante varios minutos.

Sin embargo, ningún inconveniente impidió su actuación por un simple motivo: FLOPA es cantautora, esa extraña minoría que se dedica a escribir, componer y tocar canciones pase lo que pase. Ya sea solos o integrando un grupo, con mucho o escaso público, deprimidos o felices, pobres o ricos, saludables o enfermos los songwriters cumplen con su destino, su pulsión incontrolable de hacer música. Como el salmón, que siguiendo sus instintos nada contra la corriente para desovar. O como “El Salmón”.

FLOPA estuvo acompañada por RODRIGO GUERRA de los exquisitos PEQUEÑA ORQUESTA REINCIDENTES en guitarra eléctrica –un viejo conocido, ya que ambos formaron parte de BARRO, el grupo al que fue a parar LESTANI luego de alejarse de MATA VIOLETA, el trío que lideraba ERICA GARCIA- en un escenario del tamaño de una mesita, ante una audiencia formada por una gran cantidad de extranjeros, lo que no es tan sorprendente teniendo en cuenta que se trataba de un hostel.

Principalmente hizo temas de Dulce fuerte grave, que será su próximo disco en muy poco tiempo –”Arco primordial” es una maravilla-, aunque también repasó material del disco debut (editado gracias a un fan-mecenas) de FLOPA PANZA MINIMAL, el trío que como su nombre lo indica forma junto a ARIEL MINIMAL de PEZ (que estuvo entre los espectadores, sentado en una escalera) y a MARIANO “MANZA” ESAIN, ex MENOS QUE CERO y actual VALLE DE MUÑECAS. Así pasaron “Debajo del Álbum Blanco” y la hermosísima ”Sonajeros” .

En “Big Fish”, la última gran película de TIM BURTON, se dice que un hombre que cuenta muchas historias se convierte en ellas y se vuelve inmortal, y que los peces que llegan a grandes son los que no se dejan atrapar. FLOPA hasta ahora no mordió el anzuelo de las modas ni de dejó apresar por un género para construir su propio estilo, su mundo particular con cada nueva canción, y ya camina por el arduo camino de convertirse en sus propias canciones. De a poco, sin prisa pero sin pausa. Como el salmón. O como “El Salmón”.

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