RESEÑAS
¡Es TODOS TUS MUERTOS que rockea en el salón!

Aprender a tocar la guitarra para no estar solo nunca más.
LOQUERO sobre el escenario. No puedo evitar disfrutar observando el pogo punk. No existe otra tribu que se entregue con tanta pasión a la danza primitiva. LOQUERO che: los cuatro vistiendo negro, al igual que el color de sus instrumentos, el mismo que el tono de sus letras: Voy cayendo en el pozo profundo del odio, cada vez que respiro me sumerjo más.
Es la primera vez que escucho Ansiedad interpretada por CHARY. Antes la había escuchado docena, cientos, miles de veces, en la garganta de un amigo. Aprendí de él a disfrutar de los melancólicos retratos marplatenses: tardes grises invernales, confusión y alienación, alcohol y punk rock. Es 1 de abril, saben, y en poquitas horas llegará la medianoche, entonces CHARY dedica el tema El soldado y canta: somos la generación que amaneció sin sus piernas. Cada letra es una sensación.
Un día perfecto me trae la voz de una chica. Con Guárdame, la historia de Ele y Lucre, lo que tengo en mente es el cerro de la cruz, allá en Tafí del Valle, donde los hombres se matan a pajas pensando en ellas.
LOQUERO se va. Lo hace con Atlántida, mi tema preferido. Mi amigo Juan lo cantó la noche anterior, mientras tomábamos vino. Raro: nunca antes los había visto en vivo, y lo único que hicieron fue traerme gente en recuerdos.
¡Jah, Alá, Jehová, Krishna!
Pongamos que fue a eso de las nueve y media de la noche cuando la oscuridad ganó el lugar y el telón dejó el escenario al descubierto. Una diminuta presencia agitó sus dreadlocks al tiempo que colocaba uno de sus puños en dirección al mismísimo cielo. Tomó el micrófono y gritó así: ”¡Buenas noches, esto es TODOS TUS MUERTOS!” Era verdad. Los Muertos, la banda de tu adolescencia, mágica época en la cuál el aseo personal no era algo frecuente y el vino tinto se mezclaba siempre con jugo Tang (sabor pomelo era lo mejor) volvía a las tablas capitalinas para acercarnos un poco de su música.
Fallas fue el comienzo y le siguió Break on trough.
Pero la real explosión sucedió en el tercer tema: ¡¡¡Mate, cultura popular!!! agitaban desde arriba, y abajo la salvajada respondía la consigna con movimientos epilépticos, patadas al aire, gritos primarios, poder. Cayeron en yunta El camino real y Tu alma mía.
La fiesta reggae punky de la que nos hablaba el querido BOB MARLEY era aquí y ahora. Sedas, sedas, sedas voceaba PABLITO MOLINA al tiempo que arrojaba al público cientos de paquetitos de ese papel que nadie de los presentes iba a utilizar pa´ fumar tabaco. Tira faso, hijo de puta, bramó un fotógrafo manija que estaba a mi lado.
Y hablando de eso: Rasta ama la hierba que es la cura de las naciones cantaba PABLO, que vino a este mundo de locos solo para cantar música reggae. A uno le pinta creerse jamaiquino e intenta seguirlo en el canto, entonar sus melodías. No nene, te digo que no, que si no sos negro no vas a poder, no tenés el ritmo, no tenés la sangre. Date cuenta, mirate, sos blanquito nene.
Hubo lugar para los temitas más viejos, los rotos, los punkis (”Incomunicado”, “El chupadero”, “Viejos de mierda”), hubo nuevas composiciones (estrenaron un lindo cuartetazo) y hubo invitados: CUCHO PARISI, CLAUDIO O´CONNOR y CRISTIAN ALDANA, quien para la gracia de todos se peleó unos segunditos con una persona del público, obviamente desde arriba del escenario. Ambos se arrojaron pequeñas muestras de su saliva y el cantante de EL OTRO YO, tomándose la entrepierna, invitaba al chico a que le practique sexo oral. Un ataque de macho que me prometí olvidar.
Tengo que escribir que al menos yo -no se los 1.457 espectadores restantes- no extrañé ni un poquito al hermano rasta FIDEL. PABLITO se queda un poco cuando hay que pudrirla, pero GAMEXANE refuerza bien las voces, entonces todo bien. Del guitarrista me gustaría opinar. No es virtuoso, no, pero conoce su terreno. Trabaja un estilo, que es muy personal propio suyo de él. Incurro en este error sintáctico para aseverar lo que pienso y porque estamos hablando de punk, y el punk es fuck de rules, es NO a lo establecido, es anarquía… es… perdón, no puedo continuar. Pop Art no me deja.
La elección de los temas finales fue de lo mejor. Sucias versiones de Se que no, El féretro y El espejo dieron punto final a la punky reggae party. Todos contentos y sudados dieron media vuelta para ganar la calle.
Minutos después, en el bar de la esquina, el fotógrafo que exigía marihuana y yo coincidimos en el menú: choripan y cerveza. Luego de la amena cena, me despedí afectuosamente de él. Un abrazo. Adiós. Ya solito, mientras caminaba hacia la parada, me vino una imagen a la cabeza. Me recordé pendejito, saliendo del Industrial. Me recordé de pelos largos y vestimenta negra, subiendo al bondi y calzándome el walkman. La melodía vino a la mente enseguida. Daleeeee, daleeeee, aborigeeeeen. En eso estaba cuando una chica, muy pendeja ella, me interrumpe el pensamiento y me ofrece tomar de una botella de plástico. Lo pruebo. Es vino tinto con Tang…
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