RESEÑAS

EOY: pasado, presente y futuro

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A las 22.15 hs. (¡felicitaciones por la puntualidad!) los músicos de EL OTRO YO salieron al escenario con “El destino” y “La música”. Y así comenzaba este recorrido por los tres últimos trabajos de la banda (sin contar “Contagiándose la energía del otro”, que fue grabado en vivo): “Esencia” (1997), “Abrecaminos” (1999) y “Colmena” (2002)

“Que no decaiga, arriba!” arenga CRISTIAN, como si hiciera falta pedirles a los presentes que se muevan. Todos saltan y cantan. Cada tema es aplaudido como si fuera el último.

Siguen con los temas “Arriba” y “Filadelfia”. Luego, el primero de la noche perteneciente a “Colmena”: “Hoy aprendí”.

1.000.000 de duraznos + 1 bengala

Comienza a sonar “10.000.000” y desde el público se enciende la primera –y única- bengala de la noche. Un humo espeso y colorado dificulta ver a los músicos por unos instantes. Y todos siguen saltando y cantando, cada vez más. Sí, hacía bastante calor, pero no importó… “Viajero” y “Aún” fueron los temas que siguieron.

Luego llegó el momento de RAY, que tomó el micrófono para hacer lo propio, no sin antes agradecer a los seguidores: “muchas gracias por venir apoyándonos desde hace tantos años… y a los nuevos, bienvenidos!”. Los roles se invierten: MARIA FERNANDA pasa a la batería, CRISTIAN se retira, e invitan a un amigo, PABLO, para la otra guitarra. Solo EZEQUIEL sigue en su “puesto”. Y con esta formación suena “El conquistador”.

Para tocar “Un día más” sube otro “amigo de la infancia”, EL PADRE – en la batería – y MARIA vuelve al bajo. Tras este tema, y aplausos de por medio, RAY abandona el micrófono.

Un viajero del infinito

Ya con todos los músicos en sus debidos instrumentos, suenan “Me harté” y “La ola”. Este último tema tuvo que ser cortado a la mitad debido a la intromisión de un chico que subió al escenario a cantar, y que fue violentamente sacado por las personas de seguridad (¿era para tanto?). Pasado este pequeño incidente, los músicos reconocieron al muchacho en cuestión: “es famoso, viene siempre (…) le dicen el chavo y siempre aparece en lugares raros, estuvo en Villa María”. Y, tras algunas anécdotas, CRISTIAN remató “es un viajero del infinito”.

Todo vuelve a la normalidad y el cantante presenta un tema nuevo, anunciando que se “viene la onda popera porque ya nos cansamos (…) queremos pegar un tema en la radio”. Y acto seguido comienzan a tocar “yo solo quiero pegar en la radio para ganar mi primer millón…” (una canción muy FM HIT, de la cual desconozco el autor y/o cantante), cortada bruscamente para darle paso a “Salvaje”, un tema para nada popero.

Sorpresas varias

Primera sorpresa de la noche: un invitado de lujo en guitarra, MARIANO MARTINEZ (ATTAQUE 77). Junto a él tocan “Nuevo”, tema en el cual también participó en el disco.

“Bajo la guerra”, “Mañana de otoño” y “Calles” fueron los que siguieron. Después, presentaron dos temas nuevos más. Y tanto los “clásicos” como las canciones nuevas fueron efusivamente aplaudidas.

MARIA FERNANDA deleitó con “Bailar”, tema que tocó “a pedido de las chicas que están ahí cerca del escenario”. Luego, otra vez sube como invitado PABLO, pero esta vez en el bajo y suena “El último momento”.

La segunda sorpresa: durante “Virus” apareció EL GORDO LIVEROSKY, quien sobre los hombros de una persona de seguridad, se paseó entre el público hasta llegar al escenario. Una vez arriba hizo sus típicos gestos y se retiró, provocando las risas de los presentes, incluidos los músicos.

Antes de la tercera sorpresa, suenan “Perro”, y “No me importa morir”. Este último generó uno de los mayores pogos de la noche. Luego los músicos invitan a ver la pantalla y se retiran del escenario. Para sorpresa de todos –ya que no estaba anunciado- pudo verse por primera vez el video de “Me harté”.

Arriba los corazones

Llega el turno de CRISTIAN que, acompañado solo con su guitarra, tocó “Descripción”, “Amigo” (a pedido del público) y “Canción del adiós”. Durante estos temas el público acompañó continuamente con palmas.

Llegando al final, “Bendición” y “Perfil”. Y, luego de un “solo de luces” a pedido de los músicos, se despidieron con “Siberiano” e “Inmaduro”.

Así, pasados unos minutos de la medianoche y tras recibir sus merecidos aplausos, EL OTRO YO dio por finalizado el show: “¡arriba los corazones, chau!”. Creí, y unos cuantos también lo creyeron, que volverían para los bises. Pero lamentablemente esta esperanza se desvaneció en pocos segundos ya que todos comenzaron a salir rápidamente, y aunque me resistía a abandonar el lugar esperando el retorno de la banda, no me quedó otra que seguir a la masa (o moriría aplastada por ella!).

En pocas palabras: EL OTRO YO brindó un excelente show, el sonido fue muy bueno y sus seguidores no dejaron de saltar y cantar durante toda la noche.

Fue un paseo por el pasado, el presente y el futuro de la banda. El pasado demuestra su crecimiento. El presente su consolidación. Y el futuro es más que promisorio.

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