RESEÑAS
Encanta, embriaga y se come tu dolor.

La historia es repetida pero no deja de impresionar. Son mareas humanas peregrinando por el país en busca de emociones fuertes que paleen su rutina diaria, y el encargado de llevar la palabra en este lío hace ya muchos años, no es otro que CARLOS SOLARI, el INDIO, ex líder de PATRICIO REY Y SUS REDONDITOS DE RICOTA.
El hipódromo de Tandil era el lugar a alcanzar, un predio inmenso que recuerda la aventura de LA RENGA en el autódromo porteño. Extensiones eternas de césped dispar y húmedo, la niebla como principal protagonista –también acechó seriamente en la ruta-, y un sinfín de gente cubriendo gran parte de esa atmósfera.
En la ciudad donde supo existir una piedra movediza –cayó en 1912 y el año pasado colocaron una replica no movible- no cabía un alfiler. Son 150 mil habitantes recibiendo a 50 mil turistas ocasionales, y así como en el supermercado ya no había fernet a las 5 de la tarde, el hielo era una gema sagrada.
Los vecinos de Villa Aguirre, la zona del hipódromo, improvisaban parrillas y expendios en la puerta de sus hogares, y así se sumaban a los cientos de vendedores de remeras que ofrecían el recuerdo “con la fecha del show”, como se oían sus gritos.
Desde la avenida Actis, donde cientos de colectivos y combis se disputaban centímetros de asfalto, había que recorrer unos 500 metros de procesión hasta llegar al último control donde quizás te cortaban la entrada. No existieron los cacheos y tampoco los problemas, cientos de muchachos encargados de prevenir disturbios guiaron a las masas, con un puñado de la maldita bonaerense espiando desde más allá con sus escudos y palos.
“Pedía siempre temas en la radio” inauguró la historia, treinta y cinco minutos después de las nueve, cuando todavía eran cientos los que se agolpaban en las extensas barras donde se leía el anuncio “Cantina”, para hacerse con su litro de cerveza o fernet.
Desde el inicio, las bengalas cobraron la naturalidad del sentimiento festivo, sabiéndose todavía elementos válidos de manifestación popular –y creadores de oleos vívidos- si se exponen a cielo abierto.
Luego de “Ramas Caídas” y “Martinis y Tafiroles”, completando las primeras 3 estocadas de “Porco Rex”, llegaría “La Hija del Fletero” (linda infinita) como primera erupción ricotera, de una larga lista que se iría colando entre las nuevas composiciones del calvo cantante.
Las novedades con respecto al último show del INDIO en Jesús María, fueron las festejadísimas “Rock Para el Negro Atila” (de “Lobo Suelto, Cordero Atado”), “Mariposa Pontiac/Rock del País” (“Luzbelito”) y “Divina Tv Führer” (“Oktubre”), dejando afuera a “Nueva Roma”, “El Pibe de los Astilleros” y “Tarea Fina” (las tres de “La Mosca y La Sopa”).
LOS FUNDAMENTALISTAS DEL AIRE ACONDICIONADO, como supo nombrar SOLARI a sus compañeros en esta aventura solista, demostraron una vez más enfrentar el desafío de sonar ricoteros con hidalguía, siendo el guitarrista BALTASAR COMOTO el destinatario de todas las miradas y los elogios.
La industrial y naomikleinezca “Nike es la Cultura”, “Pabellón Séptimo” y su desesperación -siempre dedicada a “los muchachos” que sufren el sistema penitenciario nacional- más la tequilezca “To Beef or not to Beef”, fueron el acertado rescate de “El Tesoro de los Inocentes”, primer disco del anfitrión.
“El Infierno Está Encantador”, “Un Ángel Para tu Soledad”, “Ella Debe Estar Tan Linda”, “Me Matan Limón” y “Un Poco de Amor Francés”, completaban la lista de las antiguas, sumándose así a la épica “Juguetes Perdidos”, donde el humo de las bengalas se funde con la espesa niebla reinante para crear la inolvidable postal del festejo de aquella emoción vertida en este acto mítico que es un show del INDIO, como link de aquellas fiestas ricoteras.
El final llegaría con “Flight 956”, cerrando casi por completo la presentación del nuevo material, y el histórico y bien llamado “pogo más grande del mundo” de “Ji Ji Ji”, donde las bombas pequeñitas estallaron en el aire, en lo que fue un derrame masivo de adrenalina, corazón y garganta.
Como ya es su nuevo modus operandi, el INDIO anunció en pleno show su próxima fecha: 27 de septiembre en la provincia de San Luis. La marea se dirigirá sin dudarlo a vivir esos dos días (descolgalos del laurel) de caravana rockera a puro disfrute, y así justificar este corto paseo que se tiene por el encantador infierno que es la vida.
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