RESEÑAS
En el viento te anunciarás

Me acuerdo que aquel sábado 15 fue terrible, aquel sábado a la madrugada estaba nublado y lluvioso para todos los que alguna vez habíamos contemplado algún recital de LOS GARDELITOS. Aquel sábado las canciones dolían como el navajazo más punzante. La noticia era fulminante: KORNETA SUAREZ, guitarrista y cantante de la banda, había sido hallado muerto. Luego se comenzarían a tejer las hipótesis más siniestras, mentiras que supieron correr por todas las paginas de Internet y que hizo explotar el libro de visitas en la página de la banda.
El velorio en Mataderos lleno de fanáticos daba la pauta de la pérdida. MARIO, el manager, en el único comentario oficial afirmó: “es increíble, pero KORNETA se cayó solo. Hacía varios días que faltaba en la casa, pero era costumbre, ni le dieron bola. Unos chicos vieron como se caía y se pegaba la nuca contra esas cajas de cemento que cubren los medidores de gas”. Un desmayo y el golpe en la nuca mortal. Luego como siempre, los rumores de asesinato volaban como las moscas que fueron ahuyentados por la verdad y el dolor de sus familiares y amigos.
LOS GARDELITOS debían salir a la cancha, y así lo hicieron. Siempre ubicados desde lo ingenuo y combativo de sus letras, supieron moverse en el under rockero que los llevó a tocar en Cemento y llenarlo como este martes, con cuatro discos editados y un público fiel.
El Show
Ya no eran cuatro, ahora era más que nada el nuevo power trío. Así, los marginales GARDELITOS se plantaron en el escenario y mostraron lo mejor de ellos, esa lírica que los caracteriza y ese rocanrol sin aditivos comunes al nuevo síndrome de las bandas “La”.
“Volveré en tus ojos (Chacarera)” fue la que vio las primeras lágrimas. Todos, hasta los más duros, fueron víctimas de la tristeza. “Caras de limón” y “La calle es un espejo” desataron sus respectivos pogos y las primeras bengalas; al estricto cacheo se le habían escapado confiscar unas cuantas. Casi treinta.
En el escenario se divisaba un aire introvertido, un aluvión de incertidumbre que nacía con cada nota de los primeros temas; y ELI SUAREZ al fin rompió el hielo: “Gracias por lo que están haciendo por la banda y por los temas de KORNETA, que fue él el que hizo todo esto”, y después de la referencia a su padre, arrancó con “Cobarde para amar”, aquel tema de la primera producción “Rock Sudaka”, que exacerbó la tristeza a los más altos niveles.
Después vinieron “Serás mi mujer” y pegado “El Reloj”, los temas nuevos de “En tierra de sueños”, que sonaron con la rabia que sabe transmitir el disco. El escenario no se veía, el humo de las bengalas habían hecho efecto.
“Monoblock” superó la lógica y la razón, eran el dolor y la locura dándose la mano, la masa estaba apretujada como nunca. “Envuelto en llamas” se hizo carne en la gente cuando desde el público se encendieron dos antorchas que recorrieron todo el campo entre empujones e insultos.
Los que estaban más adelante eran demasiados. Chicas de veinte y menos gritaban desaforadas, y al paso de las bengalas y los chispazos que destilaban, todos se agachaban como si atrás de ellos viniera el fuego que iba a llevarlos al otro lado del mundo. Y aunque no lo sabían, estaban dentro de él.
Llegó “Novelas mexicanas” y después el cierre. KORNETA se extrañaba, se hacia difícil observar el escenario y no verlo. Todas las canciones dolieron. Todo el recital dolió mucho. Y mientras las banderas multicolores enlutaban el famoso Cemento de San Telmo, a pocas cuadras de ahí CHARLY GARCIA, LEON GIECO y SILVIO RODRIGUEZ hacían lo suyo en un acto casi oficialista en el marco del Día de la Patria.
En Cemento la congoja y la emoción se hacían uno, se buscaban y se encontraban arriba y abajo del escenario. La bronca de las informaciones que se habían dado a conocer días después de la muerte de KORNETA se disipaban en el aire, rotundamente melancólico, más cuando después se hicieron escuchar bien fuerte “Llamame”, “Libertad Condicionada” y “Amando a mi guitarra”.
Los bises fueron uno, ya con un ELI SUAREZ nombrando a todos los barrios y provincias presentes, saludando a sus familiares y dejando claro el mensaje: “KORNETA vive en cada uno de nosotros”. Entonces faltaba lo que todos suponíamos: “Nadie cree en mi canción”, “No puedo parar mi moto” y “Gardeliando”.
LOS GARDELITOS siguen. El 3 de julio es la presentación oficial de su último disco en Republica Cromañón, el nuevo reducto de OMAR CHABAN. Ahí estaremos dando el presente. Recordando a KORNETA SUAREZ, un tipo que nos dejó poesías, rockanroll y un emotivo mensaje.
Vamos a extrañar su poesía arrabalera, esa poesía de esquina, el sentimiento que se revuelca en una melodía, su voz que hacía que la música sea el escape de la realidad a un universo maravilloso. Donde esa ilusión que nos ofrecía juega ahora un papel significativo en el corazón de todos los jóvenes seguidores de la banda, pequeñas almas envueltas en un triste y delicado desconsuelo.
Y es ahí donde KORNETA, el viejo loco, nos da la mano para no perdernos jamás en el camino del dolor.
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