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En busca de la admiración perdida
Turisas gustó en su debut en Argentina, el martes en Groove, con un show directo y muy festivo en el que recorrieron canciones de sus tres álbumes.
Desde que lanzaron al mundo su aclamado disco debut “Battle metal” (2004) tras siete años de trabajo, la banda finesa de folk metal se convirtió en uno de los números principales de su género. Con los siguientes, “The varagian way” (2007) y “Stand up and fight” (2011), mantuvieron la popularidad aunque no crecieron como estipulaban debido a una repetición en la fórmula. Ahora el público argentino tenía la posibilidad de descubrirlos en directo. Era una vivencia que no querían desperdiciar.
Con el poder esperado
Los Alma Matter sonaron poderosos con su propuesta extrema melódica. Luego a Deus X Machina también se los escuchó contundentes con su heavy power. Quienes más sorprendieron fueron los chicos de Arthois por su gran técnica y machaque dentro de un trash/death sin toques melódicos. Para cerrar llegó el grupo más acorde a la temática de la velada, Cernunnos, quienes con su folk metal entretuvieron a los presentes con un cover de Korpiklaani como su momento máximo.
Si bien el folk metal en nuestro país nunca fue sub-género tan popular, con la presencia de Turisas se esperaba superar la media de estos conjuntos. Sin embargo, por ser un día de semana, por el alto de precio de la entrada o por la amplia oferta de shows, la convocatoria se mantuvo con respecto a las demás bandas del estilo. Esta situación poco importó en los músicos y en los fans presentes. Con la música triunfante de bienvenida todos tomaron posición y disfrutarían del momento único e irrepetible.
Con las canciones iniciales de “Stand up and fight”, “The march of the varangian guard” y “Take the day!” comenzó la fiesta con un público fervoroso y muy instruido sobre la propuesta, donde los estribillos épicos se fusionan con guitarras, violines e historias de combates y borracheras. Desde el inicio, el sonido fue claro y categórico, ayudados por la exclusiva utilización de teclado y violín para reproducir cada una de las orquestaciones de los discos.
Sin lugar a dudas, la atracción principal de la banda es su cantante y fundador Mathias Nygård por una personalidad extrovertida y por una comunicación fluida con sus fans, además de mostrar una imagen afectiva y calurosa, algo muy distante del típico hombre finés. Con respecto a la parte vocal, iba variando entre tonos batalladores y otros guturales. También su violinista Olli Vänskä acaparó la atención, especialmente en los momentos de los solos como en “In the court of jarisleif”.
Turisas fue intercalando canciones de sus tres discos, con un público que respondía con mayor excitación antes los clásicos de «Batlle metal» , tal el caso de «One more». Por más que sus fans disfruten de las melodías más directas y guerreras, el grupo tiene instantes de complejidad y cambios de ritmo que sorprenden y generan admiración. Así sucedió con «The Dnieper Rapids», donde los músicos necesitaron más concentración.
Para los bises, el tecladista, Robert Engstrand tomó el micrófono y en un español claro comenzó a hacer referencia sobre la final de México 86 y en especial el momento del tercer gol de Jorge Burruchaga. Con unos fans entregadísimos llegaron los himnos instantáneos como «Stand up and fight», «Battle metal» y el cover de Boney M., «Rasputin».
Justamente la banda decidió titular a su reciente gira «Guards of glory» con el nombre que llevará su cuarto disco, que saldrá en mayo próximo. Con este álbum intentarán conseguir la aclamación popular, tal como les sucedió con su grandioso debut. El tiempo dirá si los Turisas pudieron escapar de la fórmula de siempre para explorar nuevos caminos que los deposite en el lugar deseado.
*Fotos por Fernando Fernández
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