RESEÑAS
El ritual Kotzen

Por la revancha
Debido a su pasado exitoso en Mr. Big y Poison, el guitarrista norteamericano ya contaba con una buena legión de seguidores, previo a su debut del sábado 2 octubre de 2004. Sin embargo, su nombre comenzó a instalarse definitivamente cuando comenzó a visitar a Argentina con continuidad.
Después del desconcierto de su estreno y de la perfección de su siguiente show, Richie Kotzen desilusionó con sus dos visitas posteriores. Ciertos problemas en la organización y actuaciones desparejas del músico, llevaron a que sus sets provoquen cierta disconformidad.
Pasatiempo
La gente de Broken – Tributo a Europe mostró su digno y respetable homenaje sobre la famosa banda sueca. Sorprendieron sobre todo por un sonido preciso y por las buenas interpretaciones. Los súper clásicos “The final countdown” y “Cherokee”, fueron una clara muestra de ello.
El tradicional hard rock llegó de la mano de los legendarios Bloom, quiénes se formaron en 1983. Con canciones como “Todo lo que quiero”, “Jugador de cartas malas” o “Me gusta ser así” lograron el visto bueno de la monada, aún cuando el audio no fue el mejor.
Por último, la gran representante de las guitarristas femeninas argentinas, Carina Alfie, demostró todo su virtuosismo y sentimiento durante sus 30 minutos. Si hubiera estado acompañada por una banda, y no por una pista, su performance habría alcanzado otra dimensión.
Tu turno
A ocho meses de la salida de su último disco, “Peace sign”, Richie Kotzen volvía por estos lares para mostrarnos algunas de las 13 canciones que incluye dicha placa. Además él sabía internamente que había quedado en deuda con su público en sus dos visitas anteriores. Esta era una buena oportunidad para redimirse.
Con tan solo media hora de anticipación llegó la troupe del virtuoso violero. Aunque algunos fans tuvieron la posibilidad de saludarlo, éste estaba medio reacio e ingresó rápidamente a los camarines. Se lo notaba muy concentrado y preparado para ofrecer una nueva dosis de rock, soul, blues y baladas.
Sin demasiado preludio, la banda apareció en escena pasadas las 21 con “Long way from home”, el track 8 de su reciente placa. Éste inicio tibio pegó hondo en el público y no reaccionó como se esperaba. Por lo general, las bandas generan una expectativa previa, que luego dan sus frutos. Kotzen se olvidó de ello y lo pagó.
Si a ello le sumamos un sonido entreverado, el concierto no había consumado el mejor arranque. Sin embargo, el músico, con buen tino, tomó un mayor protagonismo en escena y seleccionó dos canciones queridas, “Losing my mind” y “A love divine”. De esta forma, el show repuntó y empezó a tomar otro color.
Durante su extensa carrera solista, Kotzen siempre se sintió cómodo en el formato de power trio. A veces estuvo acompañado por músicos de más trayectoria y reconocimiento, y otras veces no, como en este caso. Si bien el bajista Daniel Pearson y el baterista venezolano Demián Arriaga no cuentan con un cartel inmenso, sus cualidades técnicas y de interpretación son magnificas. Sabiendo de su función de partenaires, ambos lograron destacarse.
De menor a mayor
Se sabía que “Peace sign” iba a tener un lugar especial dentro de la lista, por eso no sorprendió que pasarán “Larger than life” y “Paying dues”. Pero no se esperaba que “Go faster– Return of the mother head’s family reunion”(2007) tenga un lugar de privilegio, ya que en su momento había sido una placa criticada. “Faith”, “Fooled again” y “Bad things”, las tres elegidas.
Durante las improvisaciones (hubo varias y extensas a lo largo del show) no sólo se destacó la figura de Kotzen, sino que también la de Pearson y Arriaga. El buen gusto estuvo a la orden del día. El suave y cálido tono de voz del violero es otro punto a destacar. No es habitual que un guitarrista de su talento pueda brillar en la voz principal.
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