El regreso de la diva

A dos años del debut por estos lados, Arch Enemy, el combo comandado por la rubia Angela Gossow y los hermanos Amott, volvió por estas tierras con la intención de reencontrarse con el público argentino.

Con el local bastante lleno (que se fue colmando minutos antes de la banda principal), y con el calentamiento previo por parte de Seliger, Vector, Osamenta y Betrayer, los presentes se fueron preparando para la vuelta de los suecos.

Utilizando un decorado similar al de la anterior visita para la puesta en escena, el quinteto brindó una poderosa descarga de death metal melódico, con algunos desajustes de sonido al principio, a lo largo de una hora y media.

Como se ha visto en su anterior presentación, Angela se come el escenario de principio a fin. No es algo muy común para alguien alejado al metal ver a una rubia como ella a puro alarido en escena. Con la figura de un angelito pero con la rabia de un perro sarnoso, la blonda deja todo sobre las tablas, y demuestra que a los treinta y cinco años, y tras algunos tropiezos a lo largo de su vida (como escaparse de su casa a los quince años, además de sufrir graves trastornos bulímicos y anoréxicos), esos fantasmas mentales quedaron alejados por completo.

A lo largo de trece temas, se pudo disfrutar de canciones como “Blood on your hands”, “Ravenous”, “My apocalypse”, “Last enemy” y “I will live again”, entre otras. La lista se centró sobre todo en “Rise of the tyrant”, su último trabajo de estudio.

Como en su anterior visita, la gente agitó a morir, sobre todo cuando Michael Amott brindó un solo de guitarra de unos cuantos minutos, o cuando Daniel hizo lo mismo, pero tras los parches. Lo mismo sucedió con cada intervención de Angela, -quien además de ser vegetariana y fan de las space cookies (galletitas de marihuana)-, también sabe meterse rápidamente a la gente en el bolsillo con cada alarido o movimiento.

Una nueva visita dejó contentos a todos los amantes del metal extremo. Sólo resta esperar qué sorpresas quedan para este 2009.