RESEÑAS
El que no grita LA RENGA…

Tres meses antes, en el mismo lugar, se había llevado a cabo el TUCUMAN ROCK, pero esta vez era distinto. La causa no eran 10 bandas, sino que tocaba solamente una que superaba la capacidad de convocatoria del mencionado festival.
Eran las 10 de la noche y las ocho cuadras que separan la Avenida Mate de Luna del Club Central Córdoba estaban colmadas de chicos y chicas que estaban haciendo tiempo desde temprano para conseguir lugares privilegiados. Algunos iban cantando “Vamos LA RENGA…”, mientras que otros se cubrían con banderas como si el sentimiento plasmado en ellas calmase el frío que se había apoderado de la ciudad.
Al llegar al Club uno se encontraba con una cola de casi una manzana que se renovaba constantemente debido al ingreso continuo de los fanáticos/as. Los chicos que iban pasando los controles festejaban al encontrarse con sus amigos porque estaban tan solo a minutos de escuchar a la banda de rock más convocante del país.
Cuando vi aquellas ocho mil almas con problemas para caminar –rengos- me imaginé todo el lugar multiplicado por diez y pensaba en aquel 17 de abril, cuando LA RENGA se presentó por segunda vez en River. Era impresionante, hacía tiempo que no se sentía tanto agite en un recital por estos lugares.
A las once y media de la noche, el cielo estaba impecable, una media luna iluminaba los trapos y con ellos se hacían presentes Santiago del Estero, San Luis, City Bell y Berisso, entre miles más. En ese momento, con el grito de ”Vamos Tucumán”, salió a escena el quinteto y con TETE corriendo por todo el escenario y un despliegue de luces y pirotecnia se escuchó ”A Tu Lado”, dando comienzo así al show.
Siguieron con ”Al Que He Sangrado” y CHIZZO dio las buenas noches a los tucumanos. Sonaba ”Las Cosas Que Hace” mientras algunos prendían una que otra bengala y otros se subían a caballito para ver mejor porque un humo rojo impedía la visión.
Continuando con la presentación de su último disco ”Detonador de Sueños”, cantaron el tema homónimo y cinco reflectores combinando sus efectos ubicaban al vocalista de la banda dentro de una estrella. Se esfumaron los humos de colores y ”En El Baldío” empezó con un coro popular. Los aplausos y el exacerbado pogo no paraban y todos los presentes formaban parte de una marea humana que se movía incesantemente como si no existiese cansancio alguno a pesar de ser viernes a la noche.
Sin tregua seguían tocando, y esta vez fue el turno de ”El Rastro De La Conciencia”, y luego de una extensa introducción, siguió ”El Twist Del Pibe” y preguntando si la estaban pasando bien, CHIZZO presentó ”En Los Brazos Del Sol”, comentando que hacía alusión a cantos aborígenes.
Alternando entre temas de la nueva producción discográfica y de ”Despedazado Por Mil Partes” sonaron cuatro temas al hilo que fueron festejados como merecen serlo: ”Lo Frágil De La Locura”, “El Ojo Del Huracán”, “Cuando Vendrán” y ”Noche Vudú”. Durante este último, unas gárgolas inflables se alzaban a ambos costados del escenario, mientras TETE aprovechaba para acostarse en un parlante y junto a sus compañeros tocaba ”Dementes En El Espacio”.
Entre “olé, olé” y “pan y vino”, muchos se iban sacando los buzos y preferían sentir el calor que producía saltar y cantar. ”Míralos” estuvo dedicada para ”los niños, aquellos que van a salvar al mundo”, y recién ahí fue cuando el público se tranquilizó (aunque lo hacía para recobrar energía).
Con un excelente sonido y nuevos fuegos artificiales que iluminaban el cielo y hacían brillar las caras de los fans, todos se sentían ”Bien Alto”. Luego de dos horas de baile, sonrisas, pogos y abrazos fraternos entre amigos que comparten el sentimiento rockero, la noche llegó a su mejor momento de la mano de la tan cantada ”Veneno”, y para seguir con la onda hitera sonó ”La Nave Del Olvido”. Con el mágico truco que simula terminar la canción, incluyeron una demostración humilde de cuan lejos han llegado profesionalmente dominando sus respectivos instrumentos y finalmente el sol hizo invisible a la luna.
Todos se agarraban la cabeza y no podían creer que CHIZZO y los suyos iban a contar la historia de la esquina. Era el turno de ”La Balada Del Diablo Y La Muerte”, que automáticamente hizo que todos levantaran las manos y las balanceen en el aire. Fin del momento emotivo.
Para ahuyentar las malas ondas y elogiando el aguante de los tucumanos, retumbó ”Hielasangre” por todo el predio y con ”El Final Es En Donde Partí” anunciaron que ya era hora de terminar con la fiesta.
Dieron las gracias, y se fueron con ”El Rey De La Triste Felicidad”.
Todos sabían que LA RENGA tenía que volver, nadie se movía de su lugar, y los que podían se acercaban cada vez más al escenario. Como está visto, todos los rockeros tienen esas mañas de hacer sufrir a sus fanáticos, pero es sabido que siempre regresan. Y esta vez lo hicieron para dejar más que satisfecho a su público con un popurrí de lo más energético y vigorizante, que fue recibido con vehemencia. ”Hola a todos, yo soy el león” cantaban todos (pero todos, eh?!), ”Arte Infernal”, “Negra Mi Alma, Negro Mi Corazón”, “Me Hice Canción” y “El Revelde” (esta sí, sonó entera para el deleite de los que nunca aprendieron como debe vivir el ser humano).
Parecía que se iban, saludaban, volvían a aparecer, se apagaban las luces, sonaban las últimas bombas de estruendo, se volvían a prender los reflectores, algunos resignados enfilaban para la salida, pero volvían arrepentidos, y la segunda vuelta fue al son de ”La Razón Que Te Demora”, y CHIZZO volvió a agradecer por la noche maravillosa que nuevamente había pasado en la provincia norteña.
De regalo, la banda les dejó a sus seguidores algunas púas que tiraron desde escenario, pero antes todos se desgargantaron ”Hablando De La Libertad”. Y así LA RENGA se fue, seguramente muy conformes y complacidos por el show que dejó hechizados a los seguidores de la banda.
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