
RESEÑAS
EL OTRO YO en Museum.
A las 10 y media las puertas de Museum se abrían para dar paso a adolescentes con estilos vulgarmente llamados “alternativos”, que se veían reflejados en sus atuendos, peinados y presencia.
Una escenografía perfecta y cuidadosamente montada podía divisarse desde la entrada del lugar: una colmena colgada desde lo alto, una gran bandera amarilla detrás con las inscripciones del grupo, y un juego de luces psicodélicas que, junto al estilo gótico del lugar, daban indicios de un show que prometía.
El cuarteto se subió al escenario dos horas y media más tarde de la cita. La impaciencia se iba matando con canciones de LOS RAMONES, FUN PEOPLE y A77AQUE y, sin embargo, algunas bengalas no resistían la tentación de ser prendidas.
Arrancaron con “Hoy aprendí” del último disco “Colmena”, editado el año pasado, y la respuesta del público fue eufórica: pogo, mosh, estrellitas, bengalas (ahora si) inundaban el ambiente que de a poco parecía que se iba sofocando.
El grupo de los hermanos CRISTIAN y MARIA FERNANDA ALDANA y que lo completa EZEQUIEL ARAUJO y RAY FAJARDO, además de incluir casi todas las canciones de su último trabajo, hizo un recorrido completo por sus anteriores discos.
No faltaron “La Tetona”, “El zumbido”, “El criollo” y “SIDA” de Traka Traka, primer CD editado en 1994, o los unificadores “No me importa Morir” y “La Música” de Abrecaminos y “E.O.Y”, catalogado por el cantante como “el himno” de la banda.
Simbiosis y recuerdos.
La unión, tanto simbólica como física, entre el público y la banda se percibió cuando tres chicos subieron al escenario en los temas “La Ola” y el corte de difusión “Inmaduro”, y cuando CRISTIAN dejó leer a un fanático de KURT COBAIN un poema por los 9 años de su muerte.
No pudieron dejar de recordar a RICKY ESPINOZA antes de tocar “Punk”, grabado por el integrante de FLEMA 4 días antes de su muerte.
Con un sonido sólido, una creatividad indiscutible y una presencia demoledora de todos los integrantes de la banda de Temperley el grupo ofreció casi dos horas de pura alegría, además de la cuota concientizadora de algunas canciones como “Calles” y “Bajo la guerra”.
Dejando de lado la estigmatización de la banda como “alternativa”, EL OTRO YO demostró reiteradas veces que tiene su propia personalidad.
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