RESEÑAS

El magnetismo de PLACEBO

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La previa fue tortuosa. Una banda llamada BONSUR se cansó de hablar de sus ídolos de PLACEBO, del sueño de su vida, pedir que se cante por ellos, ofrecer un puñado de temas de tinte sónico y glam que no convencieron a nadie, y terminaron de derrapar haciendo una penosa versión de “Where is my mind”, de PIXIES.

Pasado el mal trago, PLACEBO arremetía con “Infra-Red” en un escenario teñido de luces blancas y violetas, con grandes pantallas que encandilaban a las miles de personas que habían llegado para ver a los británicos y no paraban de saltar.

De entrada el sonido fue excelente, la adaptación a un escenario que muchas veces no ofrece buen audio no tuvo complicaciones y a lo largo de las 20 composiciones que sonaron en casi dos horas, la banda del carismático BRIAN MOLKO (voz y viola), STEFAN OSDAL (bajo, también viola) y STEVE HEWEIT (bata), se mostró de manera impecable, superando también una lluvia que atacó en el final.

“Meds” sonaba y las pantallas mostraban a un MOLKO desdibujado de tanta luz; el dramatismo asomaba y este climax persistiría en varios temas que llevan ese sentimiento desgarrador que es marca de la banda, como “Without you i’m nothing”, “I know” o “Space monkey”, y que no te permite sacarle la vista de encima al frontman.

PLACEBO recorrió su carrera con muchas de las composiciones que integran su recopilatorio de singles “Once more with feeling” (2004) y su último álbum de estudio, “Meds” (2006), sumándole algunas más antiguas. Una mezcla de pop oscuro, admiración por el glam de BOWIE, grandes riffs y delineador negro.

De cara a la banda, pegados a la valla hasta la mitad del campo, un ejercito de personitas –máximo 1.60- en su mayoría féminas, no paraba de corear los temas, de cantar palabra por palabra en un inglés fluido y de saltar en cada estribillo, práctica potenciada por la lluvia que caía. Buena onda, manos arriba y empujones moderados para gusto de la banda -que auspicia pogos concienzudos- y mucho disfrute.

La guitarrita de “Bionic” con el agite de MOLKO, el coro de “para pa pa parara” en “Special K”, y la potencia de “The Bitter end”, una tras otra y sin baches, conformaron el momento cumbre de la noche, ahí donde hicieron el amague de cierre, donde la lluvia pegaba más fuerte y los piecitos saltaban cada vez más.

“Running up that hill”, “Taste in men” y “20 years” anticiparon el final y con el una gran ovación del público, que creció casi al doble desde aquel Luna Park de hace exactos dos años y que ya los está esperando de nuevo para otro encuentro tan magnético como este.

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