RESEÑAS
El climax danzarín

Luego de la seguidilla de recitales que brindaron durante el 2005 en la ahora inhabilitada Institución Armenia, los Mood tuvieron que buscar refugio para realizar la fiesta que media década de música merece. No fue inmediato, pero tampoco hicieron esperar tanto a sus seguidores.
De todas formas, el aniversario hubiera pasado inadvertido de no ser por las palabras que el líder de la banda, HUGO LOBOS, dedicó al respecto. Las fechas de estos puntales argentinos de la primera generación del ska suelen ser verdaderas fiestas, sin importar que el motivo de festejo sea la fecha misma.
Y así fue. Abajo, los muchachos con dreadlocks y las agraciadas niñas con pantalón de hilo le soltaron la mano a la temporada para decirles chau. Sin embargo, nada de melancolía y dolor por eso. Primero porque habrá una inmediata bienvenida –14 de enero en Niceto-; y segundo porque la calidad armónica que brilló desde el escenario no dio lugar a ninguna pena.
Con más de diez músicos en escena, el set arrancó a las 22 y terminó minutos antes de las 24. El espectáculo, plagado de libertad creativa y experimentación, no mostró fisuras en el sonido, ni llamativas sorpresas con respecto a la lista de temas.
Flanqueados por una escenografía con la estética del disco ”Dancing Groove”, el escuadrón de vientos –trombón x 2, trompeta, traversa, armónica y saxos soprano y tenor- le puso cuerpo a clásicos temas como “Confucious”, “Tunisia”, “You are so delightfull” y “Scrapple”. La gente, pura algarabía.
Los invitados brillaron por su ausencia. Quien fue el único recibido por los anfitriones fue el ex MENSAJEROS MARIANO CASTRO, que cantó “Chatti Chatti” y “Just don´t want to be lonley”. Destacada participación del rastafari que bien supo arengar al público para lograr un buen momento.
A lo largo de la velada también sonaron “Fantasy”, “20 minutos” y la más festejada: “Police Woman”.
Base rítmica, riff principal de vientos, 40 mil solos, riff principal de vientos. Con algún que otro matiz, esa es la fórmula utilizada por DANCING MOOD para ejecutar sus canciones en vivo. Un estructura simple que, multiplicada por el virtuosismo de su músicos, convierte los temas en disparadores que logran un traslado instantáneo a otro tiempo y lugar.
Un detalle algo ruidoso fue cuando LOBOS hizo uso de la palabra para prestar agradecimientos. En un acto que casi cae en lo demagogo, el trompetista quiso saludar a su público y terminó comentando que la banda perdía dinero para tocar. Una actitud loable. Pero, ¿era necesario decirlo?
En conclusión, DANCING MOOD brindó un excelente show de DANCING MOOD y cumplió con el contrato de sonoridad que mantiene con sus fieles seguidores. Talento musical aplicado a un estilo bien dulce puede resultar una propuesta interesante de vez en cuando. Y ellos lo ratificaron en su último recital de 2005.
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