¡EXTRA, EXTRA!
El cigarrillo asesino

Keith Richards asistió a la sede central de la Biblioteca Pública de Nueva York, para participar en una charla sobre su autobiografía, “Vida”.
Posteriormente a la disertación, Marie d’Origny, una de las responsables del lugar, lo recibió en su despacho para mostrarle por ejemplo una orquídea Phalaenopsis Amabilis.
Mala idea tuvo la bibliotecaria ya que -según contó luego a la prensa- el guitarrista de The Rolling Stones se puso a fumar y apagó el cigarrillo en el florero que cobijaba la planta, matándola.
Sin embargo, después d´Origny declaró sonriente: “Fue un perfecto caballero: no es una estrella de rock demoníaca, siento decepcionarlos. Me firmó ‘Gracias, Keith Richards, 2010′. Aunque tal vez le faltó añadir ‘El que mata las orquídeas bien muertas‘”.
Desde la redacción de El Acople, por cierto, comprendemos el perdón de la bibliotecaria. ¿Y es que acaso alguien podría enojarse con Keith?
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