El Capitán y sus audionautas

Los focos de luz mueren entre los gritos, mayormente masculinos. Un pelado canchero, tranquilo, humilde, se sube al escenario y nos eleva del piso con una ráfaga de punteos y arpegios: esto es “Flying in a blue dream”, el comienzo de nuestra gran aventura musical.

A pesar del poco caudal femenino que el Luna Park acumulaba, la estrella de esta noche brillaba junto a sus fieles petisas de curvas… Y decían que la viola con él canta… Como una sirena. Nada de este mundo hubiera podido, esa noche, con los dedos poseídos del Capitán S.

La banda que acompañó a SATRIANI estaba compuesta por músicos de lujo. Matt Bissonette (bajo), Jeff Campitelli (batería) y Galen Henson (guitarra adicional) nos incentivaron aún más en este viaje casi inverosímil de sonidos, en el que todos nos sentimos navegar.

La viola fue desde una odalisca, a una putañera del blues; desde una soprano de lujo, a una rockera casi gótica; desde una hija del sánscrito, a una dama barroca. Los temas se sucedían uno tras otro mientras sentíamos, así, el groove con “Cool nº9”, temblábamos en “Midnight”, chapuseábamos en “Summer song” y suspirábamos con “Starry night”.

JOE se despidió de la Argentina (ya habiendo interpretado “Time Machine” y “Why”) con el conmovedor tema “Friends”, no sin antes haberle dejado un espacio al bajista y al batero, quienes hicieron una increíble interpretación instrumental, incluso retocada con ritmos caribeños.

Finalmente, el director de esta travesía saludó conmovido. Sin más, nos dejó de souvenir un viaje inolvidable. Probablemente, muchos quedamos perdidos en una nebulosa de notas…