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El cambio fue aceptado
Accept regresó a Buenos Aires para presentar su reciente álbum “Stalingrad” y repasar parte de su extensa discografía. Fue un martes metalero en el teatro Vorterix, que albergó a estos próceres del heavy alemán en su segunda visita con Mark Tornillo en las voces.
Desde la vuelta a la actividad de Accept fueron muchos los que pensaban que una voz como la de Udo Dirkschneider (miembro fundador) iba a ser muy difícil de reemplazar. Pero no imposible; por suerte, el hasta entonces ignoto Mark Tornillo se calzó esos zapatos con gran dignidad y entregó dos discos que no tienen desperdicio: “Blood of the Nations” (2010) y “Stalingrad” (2012).
El primero fue presentado en su momento en el Teatro de Flores en 2011, y ahora le tocó el turno al rebautizado Vorterix de recibir a estos pilares del heavy metal clásico de Alemania. A Tornillo ahora se lo notó más suelto y espontaneo que aquella vez; hasta terminó el recital en cueros mientras sonaban las potentes “Metal Heart”; “Teutonic Terror” y “Balls to the Walls” al cierre de la velada.
La banda comandada por el mítico violero Wolf Holffmann encendió al público desde los primeros temas, “Hung, Drawn and Quartered” y “HellFire”. Por su parte, el sonido tuvo que tomarse unos minutos para acomodarse y pudo tomar el impulso necesario para lo que se venía.
Las llamas no se apagaron en los 20 temas que duró el set list. Se trató de una picada entre la extensa discografía de los alemanes, ya que hubo canciones de “Russian Roulette” (“Monsterman”, “Aiming High”), “Blood of the Nations” (“No Shelter”, “Pandemic”, “Bucket Full of Hate«), “Balls to the Wall” (“Up the Limit”) y una sola de “Breaker”. Pero los puntos más altos se registraron en las de “Restless and Wild” (1982), uno de los discos más emblemáticos de la era Udo.
A más de uno le habrá retumbado el corazón con la monstruosa batería de 4 bombos que destapó Stefan Schwarzmannm, y algún otro se habrá dejado llevar con el duelo bajo-guitarra entre Peter Baltes y Holffmann, al igual que el momento de sus correspondientes solos que no aburrieron en nada a los presentes. “Argentina, show me how crazy you are!”, pidió el bajista observando esa rondas que se hacían en el campo.
Holffmann, como su nombre lo índica, es un lobo feroz tocando la guitarra. En conjunto con su carisma la descoció en toda la noche. Mención especial al riff bien trasher en “Bucket Full of Hate” y la base de “Winners and Losers”, que estuvieron entre los más pogueados.
En “Princess of the Dawn” la excitación llegó a un tope cuando la banda jugó a los coreos con la gente; ellos parecían disfrutarlo tanto como los presentes. Para los bises eligieron la acelerada “Fast as a Shark” y de paso dieron un respiro entre tanto agite.
Las casi dos horas intensas de show reafirmaron una vez más que hay vida después de Udo para Accept. La posta agarrada por Holffmann mantiene las raíces del grupo sin perder la novedad y el espíritu después de 35 años transitando el duro y sacrificado camino del heavy metal.
*Fotos por Fabiana Solano
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