ENTREVISTAS
El agite del Oeste

El tipo tiene un currículum interesantísimo como productor: desde bandas periféricas a su hábitat natural, el Oeste del Gran Buenos Aires –una imaginaria, desde los límites, zona musical que abarca Morón, Haedo, El Palomar, Ramos Mejía y Castelar-, hasta éxitos de escala masiva, como el último disco de No Te Va Gustar y el nuevo del “Pelado” Cordera.
Apenas más atrás en el tiempo, se lo recuerda como el célebre baterista fundador de Árbol que fue expulsado del grupo por sugerencia de Gustavo Santaolalla, quien pretendía producirlos. Su temprana formación rockera, influenciada por su hermano, el guitarrista de los Caballeros de la Quema, Martín Méndez, le aportó poderío a la licuadora que era Nuca, una de las mejores bandas de la década anterior. Se llama Matías Méndez y estos son retazos de su biografía.
Hoy firma su primer disco solista, “Morón City Groove”, con el seudónimo que lo sacó del anonimato, El Chávez, y, trazando un paralelo con la lucha bolivariana que lleva a cabo su homónimo venezolano, reivindica una revolución sonora, cercana a la psicodelia tropical y cumbianchera, el dancehall, el dub y la experimentación permanente.
“El disco empezó a gestarse hace bastante; en principio con maquetas de demos que quedaron afuera del último disco de Nuca”, detalla Matías sobre el puntapié inicial de su disco, uno de los mejores de los que se editaron este año, gestado entre “huecos que me iban dejando otros discos en los que estaba trabajando de productor. Una especie de recreo”, asegura.
Uno de esos breaks se dio al momento en que producía “El camino más largo”, de NTVG: “Tuve una especie de año sabático después del receso de Nuca, en el que no toqué en vivo ni tuve banda. En ese lapso, mientras hacía el de No Te Va Gustar, terminé de darle carácter a mi obra”.
Además de su toque, “Morón City Groove” (que se llama así desde antes de que existieran sus canciones: “Tenía el nombre antes de tener ninguna canción terminada. No hay otro nombre que le hubiese quedado mejor a este disco”, dice El Chávez), tuvo el visto bueno de Guillermo Beresñak –del dúo de pop digital Le Microkosmos– y Pablo Romero, ex compañero en Árbol: “Hubo un momento en donde necesité de un oído externo y los convoqué para que se sumaran a darle el toque final y terminar de elegir las canciones que iban a quedar”.
No es la primera vez que Méndez y Romero trabajan juntos después de lo sucedido en los primeros años de Árbol. Matías lo justifica diciendo que su relación “es muy especial. Cuando me fui de Árbol, él fue el único con el que me seguí viendo y me ayudó a renacer como músico y productor. Aprendí mucho de él y es un tipo muy generoso, estoy muy agradecido”. Y de los discos de sus ex compañeros que vieron la luz después de su salida, dice: “No me gustan mucho; tienen cosas muy buenas y originales, y otras con las que no estoy en sintonía”.
En su labor de productor, este gurú del Oeste le dio molde a novedosos e interesantes grupos de la escena, como Yicos, Doña María y otros, siendo, además, espejo y referente. No sin expandirse hacia otros espacios, claro: “Me gusta poder abrir espacios y generar de algún modo un camino o un modo de hacer las cosas que les sirva a otros músicos; ser el canal para que otros lleguen a un destino artístico. Siempre fui muy inquieto y muy exigente conmigo mismo”, afirma, y agrega una conclusión casi existencialista: “Estoy contento con poder crecer año a año y siento que tanto esfuerzo y remarla en las buenas y en las malas, hacen que hoy la cuestión florezca y haya cierto reconocimiento, mas allá de la General Paz. Sé muy bien que me rompí el lomo trabajando y poniendo muchos huevos. Todo vuelve, hay que ir para adelante siempre sin parar y tener paciencia”.
La última noticia que se conoce de El Chávez como productor, se encuentra en “Gustavo Cordera y La caravana mágica”, el segundo disco solista del ex líder de Bersuit Vergarabat, banda que a Matías no le gustaba: “Tenía un prejuicio con Bersuit y con Gustavo. Una opinión que me duró hasta hace un año; bastante boludazo lo mío”, admite. “Me crié girando con los Caballeros de la Quema y siempre estuve del lado del rock del Oeste. A los 12, 13 años, compartía situaciones con Sokol, Arnedo, Daffunchio, Superman Troglio, Enrique Symms, y bueno, estaba de ese lado de la cuestión; me parecía que Bersuit no entraba en la categoría, no les creía”.
¿Cómo se dio el acercamiento entre vos y Gustavo, entonces?
Una tarde me llamó para que lo produzca; no nos conocíamos y al juntarnos, conectamos al toque. Me fui a su casa uruguaya, en La Paloma, junto a Juanito el cantor -con quien produje- y todo fue mágico, como el nombre del disco. Trabajar con él y el resto de la banda fue y es una experiencia muy intensa y feliz. Es la primera vez que produzco un disco y me quedo como miembro estable del grupo; al proyecto lo siento muy propio, porque Gustavo nos dio mucha confianza y libertad, y eso se nota en el resultado. Es un disco experimental y popular a la vez. Tengo muchas ganas de salir a tocarlo y defenderlo.
* El Chávez presenta “Morón City Groove” en Santana Bar, Ramos Mejía, el próximo viernes 3 de septiembre. A las 23.00 hs. Anticipadas a $20.-
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