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Disculpen, estuvimos de partuza en Ibiza

Con motivo de una festichola llevada a cabo en playas españolas, el staff de El Acople se pegó unas vacaciones de dos semanas en Ibiza en las que hubo todo tipo de excesos y en las que se nos olvidó que existía la Internet, el rock y un sitio que actualizar. Acá la historia completa de dos semanas de reviente.
La historia nace con una noticia que salió en todos los diarios: una valija en la aduana en la que se incautaron 50 mil pastillas de éxtasis. Uno de los miembros del staff movió un par de contactos y pudo dar con la valijita, la cual fue cambiada por un maletín donde había dos tubitos de Redoxón sabor limón, cuatro blisters de Cafiaspirina, y un cassette del Dr. Tangalanga.
Con las pastas en nuestro poder, decidimos tomarnos unas merecidas vacaciones y mediante nuestro amigo Andy Chango organizamos una fiesta en la península Ibérica, hacia donde nos dirigimos en masa. Como no podíamos dejar afuera a nuestro público hubo tres invitaciones: La Bernarda, Agosto y Nikki Sixx fueron los elegidos.
Agosto no tuvo inconvenientes y se ofreció como maletero del plantel durante toda la estadía. Sixx propuso tranzar las pastas que nos sobraban y con esos Euros conseguirnos el mejor alojamiento. Lamentamos lo ocurrido con Berni, que se quedó en Ezeiza debido a que en sus dos maletas había 432 bengalas, 6 morteros, 39 tres tiros y 64 cajitas de Chasquibum, las que quería llevarle a un sobrinito de regalo.
El viaje en avión fue largo y pesado, y para colmo hubo que bancarse los ronquidos símil cerdos fornicando del cronista Levaggi, que babeó todo su asiento, y las charlas entre Peredo (con su voz de Coco Basile) y la Srta. Acuña Elías (que con sus excesivos agudos destrozó tímpanos por doquier). A quien casi bajan del avión fue al jefe de El Acople, quien fue descubierto fumando porquería boliviana en el baño. ¿Nadie le avisó que en los retretes hay detectores de humo?
Cuando llegamos al aeropuerto el fotógrafo Seligmann no tenía su equipaje, por lo tanto estuvimos varias horas varados esperando novedades. Parece que la aerolínea mezcló las valijas y un turista marroquí terminó filmando la segunda parte de “Expreso de medianoche”. Por suerte Matías, el otro fotógrafo del staff, llevó en su valija solamente sus herramientas de trabajo. Gracias a Dios.
Una vez en la isla nos dedicamos a tirarnos panza arriba durante el día, mirar pechos free-ñocorpi los hombres, chicos aceitados las niñas, tomarnos unos aperitivos frutales, hacer deportes acuáticos y escuchar Marta Sánchez y La Oreja de Van Gogh. Lamentablemente nos dormimos al sol, terminamos con el culo símil mandriles en celo y decidimos no salir a la noche para reponernos del viaje. Algunos osados les pasaron crema en las partes a otros, y los más feos debimos pasarnos la cremita nosotros mismos. Al otro día teníamos la cara como la Meijide, pero no nos importó porque la joda estaba por arrancar.
Durante la primera noche conocimos todo tipo de boliches. Algunos se inclinaron más por la movida gay (motivados tal vez por las excesivas cantidades de cremas post solares) y pudimos confirmar algunas sospechas de hace largo tiempo. Lo que afirmamos rotundamente es la veracidad de la teoría que indica que las mujeres cuando se van de viaje al exterior se ponen salvajes: las integrantes del staff no dejaron títere con cabeza!!! ¡Felicitaciones chicas!.
Vimos a muchos famosos, compartimos unos ravioles con Cóppola, los chicos se curtieron a Silvia Suller (que había enganchado un tipo de clase alta que la llevó de gira) y conocimos al doble de riesgo de Michael Jackson, que andaba del ortón bailoteando en la barra de un megaboliche. Paseamos por la ciudad también y los chicos que estaban re fumancheados quisieron sacarse fotos con unos teletubbies -pero algo más producidos- de colores que andaban pululando por ahí.
Debido a la ingesta de distintos químicos que nos mantuvieron despiertos durante el lapso de 12 días, los últimos 3 hicimos un paso por Suiza para visitar la clínica donde estuvo Maradona hace unos años y limpiar nuestros cuerpos de todo tipo de impurezas.
El final del viaje nos encontró de vuelta en Ibiza, teníamos que asistir a nuestra gran fiesta y nos dirigimos a Pachá. Esa fue nuestra vuelta al rock, de la mano de nuestros amigos de Ska-P que se coparon y nos regalaron su punk rabioso y una noche inolvidable.
Ahhhh, nos enteramos por ahí que hubo un festival de rock en Buenos Aires. Mandamos a la mamá de Levaggi, que andaba bien en los informes, para que lo cubra: vamos a ver como le fue!
Vueltos a la actividad, esperamos que las cosas se encaucen y que el rock siga fluyendo por nuestras venas… hasta que pinte otro viaje!!!
El Acople recomienda no utilizar drogas, menos para divertirte
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