ENTREVISTAS

Diego Mizrahi: acá, allá y en todas partes

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Tras 15 años de separación, La Mizrahi Blues Band vuelve a los escenarios. Además, el guitarrista está trabajando en su escuela de rock y conduce el programa de TV Jam Session por el Canal Ciudad. Por si esto fuera poco, está nominado a los premios Gardel a la Música  y acaba de editar su último disco llamado “Duro y parejo” con un homenaje a Gustavo Cerati. 

Músico, empresario, productor, conductor de tv, tenés tu escuela de rock y sos jurado en ROCKEA. ¿Cómo haces para distribuir tu tiempo entre tantas actividades ?

Muy fácil: no duermo. ¡Ja ja! Siempre tuve muchas actividades y si no tengo las invento. Uno se va descubriendo con el paso del tiempo y me di cuenta que tengo una virtud que en época de crisis, si no surge trabajo por un lado lo busco o lo invento por otro. No me vanaglorio de esto.  Me levanto muy temprano todos los días para continuar el trabajo de todas esas actividades. Pero no me quejo y lo hago muy feliz.

En un medio dijiste que “la banda es lo que ahora me motiva y entusiasma” ¿Cómo se gestó la vuelta de La Mizrahi Blues Band?

Durante estos años tuve shows solistas; toco en vivo con las pistas grabadas. Esto lo hago hace mucho tiempo pero extrañaba eso de tener una banda, de la química del vivo, de pifiar, de mirarse, de pasarla bien en el escenario. Entonces la vuelta tiene que ver con esas ganas de tocar con amigos que me llena de adrenalina, me entusiasma. Lo necesitaba.

La letra de «Duro y parejo»,  ¿a qué o a quiénes te referís?

Es una canción autorreferencial. Es algo que le pasó a un tipo que vivió buenas y malas de toda índole. Ese soy yo, persona de carne y hueso. No soy ninguna estrella. Le cuento a la gente las cosas que vivo, pero al final del camino todo se resuelve, todo tiene solución. El mensaje es todo se puede, vamos para adelante.

Mucha gente aprendió a tocar un acorde, a utilizar un pedal de efectos o conocer nuevos músicos gracias a tu programa Jam Session. O sea que además de entretener, muestra un perfil educativo.

Sí, eso es algo que me sale naturalmente. Nunca me lo propuse, debe ser que soy como pedagógico. Está bueno encontrarse con gente que le sirve lo que uno hace. Además con el tiempo uno va descubriendo otros ritmos además del rock, como el jazz, folclore o el tango. Entonces en el programa queremos abrir juego a otros estilos musicales. En nuestro país hay mucha música folclórica que no cuenta con el aparato de marketing necesario para hacerse conocidos, como Los Tekis o Los Nocheros. Me ha pasado que me lleven a pueblos del interior y los escuchaba tocar y la descosían. Tienen una actitud total, me impresiona mucho. No es que haya descubierto esta música ahora, desde mi disco «Pampalucha», editado en 2002, me animé a hacer una zamba propia. Pero no respeto las reglas del folclore, las conozco pero me salgo de ellas y las toco a mi manera. En mi disco anterior grabé una chacarera, pero con afinación de música country tipo Nashville, con slide y delay. De todas maneras los tangos clásicos los sé tocar como son, sin ningún cambio.

Estás nominado a los Premios Gardel 2015. ¿Lo tomás como un reconocimiento a tu carrera?

La verdad que sí. Estoy muy contento; no me cambia nada, pero me pone muy bien.  No cuento con el aparato de una multinacional, pero estoy en una terna muy complicada, con Aliados y Cumbia Ninja como banda de sonido en tv, que es muy difícil. Pero no importa. La nominación es un premio a mi esfuerzo.

Compusiste un tema que se llama “A Cerati”. ¿Escuchabas Soda Stereo?

Seee… Soda Stereo a full. Soy rockero, obvio, lo que no quita que me guste Soda o Gustavo Cerati. En esa época no podía creer la profesionalidad que tenían. Fue la primera banda profesional a ese nivel. Admiraba más eso que su música. Los vi por primera vez en la Esquina del Sol. Yo tenía una banda que se llamaba Tic Nervioso y hacíamos el mismo circuito que las bandas que surgían como Sueter, Sumo, Cadillacs y varias más, en lugares como el Stud Free Pub o el Parakultural, tocamos en todos. Los Soda eran distintos, cuando los vi por primera vez pensé en The Police. La letra de “A Cerati” la hizo Jessica Schults, que es mi mujer. La escribió de un tirón. Le pedía a Gustavo que despertara  de manera muy poética, cuando estaba en coma. Entonces pensé en ponerle música a esa poesía y que sea tipo homenaje.

¿Cómo se dio tocar para un tributo a Jimi Hendrix en Estados Unidos?

Fue un aborto de la naturaleza. Estaba girando con la Mizrahi Blues Band por la costa oeste de Estados Unidos en 1999 para el público latino. Íbamos como teloneros de los Enanitos Verdes. De regreso a Buenos Aires, mi manager en Estados Unidos me llama y me dice que el hermano de Jimi Hendrix, León, quería tocar conmigo en una gira. Pensé que me estaba tomando el pelo. Pasaron las semanas y él me seguía llamando e insistiendo. Al final me contó que el manager de León Hendrix nos vio tocar, le gustó la onda y nos pidió que toquemos en el tributo que estaban organizando. No lo podía creer. Fuimos, ensayamos y tocamos en el Coconut Teaser de Hollywood. Fue increíble e inolvidable.

* La Mizrahi Blues Band se presenta este viernes 29 de mayo a las 20 en la Usina del Arte, Caffarena y Av. Pedro de Mendoza.

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