Desde el Luna

Con el escenario decorado como la tapa de su disco, la banda comenzó su show con “Babel” y “Complicado y aturdido”.“Hacía mucho tiempo que no nos veíamos” dijo el “BAHIANO” a su público, que incluía desde jóvenes hasta gente de aquellos tiempos en que la cabeza del cantante poseía rastas y que llevaron a sus hijos a disfrutar de una parte de su adolescencia.

“Nada que perder” fue uno de los más coreados por la gente. En “Why baby why” GASTON MOREIRA dejó el bajo por el acordeón.

Trapos gigantes, tres tiros y bengalas fueron aportados por las diferentes tribus que siguen a la banda como “La 12 perica” y “Los de siempre”.

Antes de “Runaway”, el cantante habló de la repercusión de su gira en México, pero “en casa es diferente” dijo para el júbilo de todo el Luna.

Bolero, reggae y armónica

Antes de “Sin cadenas” y ante la inminente elección, el “BAHIANO” habló de la oportunidad que tenemos y de que “podemos hacer algo”. “Jamaica reggae”, “Desigual” y “No me pares”, habitual cierre de sus shows, sonaron luego.

“Para amansar a las fieras” tocaron “Waitin”, solo con “JUANCHI” BALEIRON. La invitada de la noche fue MINDERLEY ACEVEDO, o MIMI MAURA, con quien hicieron “Bolero”.
“Boulevard” precedió a “Armoniquita”, en la que “JUANCHI” tocó, valga la redundancia, la armónica.

“Get ready” sirvió para la presentación de la banda y de la sección de vientos invitada.

El final del show fue con “La hiena”, “Eu vi chegar” y “Casi nunca lo ves”, luego del cual hicieron el clásico amague de “Back in black” de AC/DC.

Llegaron los bises, “Desde cero”, “Días de sol”, con la banda acompañada de sus hijos, “Movida rastafari”, en el que DIEGO BLANCO tocó el acordeón y le dejó el teclado a MARTÍN GUTMAN, miembro fundador de la banda.

El cierre fue, luego de más de dos horas y media de show, con “Home sweet home” y con dos títeres rastas gigantes bailando entre la gente.

Bajo una tupida lluvia que caía sobre Buenos Aires, la gente se fue retirando del estadio. Por la avenida Madero resonaba eso de “cuando estoy lejos de aquí, me pongo sentimental, y eso que el tango no es para mí”.

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