RESEÑAS

De regreso, Andrelo

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ANDRES CALAMARO volvió a los escenarios en 2005 casi de un empujón por parte de sus amigos. El año pasado lo vio involucrado en una crisis emocional, y sus apariciones en vivo de la mano de GUSTAVO CORDERA fueron la manera del pelado de acercarlo al público para que el cantante gane en confianza.

Sintió el calor de la gente y notó que nadie lo había olvidado, pero Cosquín fue demasiado marco para su vuelta, y declaró haberse sentido incómodo, como también lo estuvo en el Luna Park en abril de este año, según sus propias palabras.

En el Luna quedó registrado “El Regreso”, un disco en vivo con 21 canciones –que ya es de platino- , donde se lo siente entero pese a esos dichos. Y la manera que eligió para cerrar el año de su vuelta, luego de una gira por España, era un gran show para más de 20 mil almas, que disfrutaron al cantante en todo su esplendor.

“No se regresa de verdad sin tocar en diciembre en Buenos Aires y en Obras, dice ANDRES y comienza una conexión con el público que había estado ausente a principio de año.

Mucho más suelto y jocoso, mucho más ida y vuelta, sonrisas y complicidades, para un cierre de año donde con solo volver a sentarse en el teclado, y a pesar de no tener material nuevo, se consolidó como la figura del 2005.

A lo largo de la noche repasó un puñado de sus cientos de temas que abarcan (casi) toda su carrera, haciendo hincapié en sus clásicos –todos los temas lo son- de “Alta Suciedad” y “Honestidad Brutal”, y lo más nuevito de “El Salmón” y “El Cantante”, discos que nunca presentó en vivo. Pendiente siempre quedará escuchar aquellas joyas de sus primeros discos como solista.

El motivo de la noche era escuchar temas de ANDRES por ANDRES. Verlo a él. No tener que conformarse con el tendal de músicos que lo tomaron como guía. Disfrutarlo después de no saber si iba a volver a los escenarios. Aprovechar que este es el año de su regreso, y no saber cuando se podrá escuchar estos temas nuevamente en vivo, ya que su próximo disco (anunciado para abril) es de tango y flamenco, junto a la guitarra del NIÑO JOSELE, JAVIER LIMON y JUANJO DOMINGUEZ.

“El Salmón”, “Te quiero”, “Las oportunidades”, “Tuyo siempre”, “Clonazepán y circo”, son algunas de las composiciones que sobrevuelan una noche de verano y levantan a la gente, que posa los ojos tiempo completo en el enrulado cantante.

Los BERSUIT aportan su cuota de canyengue a los temas incluyendo maracas y mucho coro, en su última aparición junto al cantante. OSKI RIGHI le pone más rock al asunto desde su viola en “Alta Suciedad”, momento en el que CALAMARO deja su teclado para hacer un “boxing time” junto a el CONDOR y DANI a tres voces, saltando y tirando golpes por todo el escenario.

La emoción lo invade al protagonista para presentar a LITO NEBBIA y lo piropea: “escuché letras que me hubiera gustado escribir a mí por la ética, por la verdad y por la belleza de la poesía”. Hacen “Zamba para mi tierra”, “Yo no permito” y cuando la modorra invadía a algunos jóvenes, LITO entona el hitazo de LOS RODRIGUEZ “Para no olvidar” y así logra sacudir el tedio.

Y ANDRES empieza a hablar un poco más, y seduce con sus maneras para explicar que en “Media Verónica” no le canta a media mujer, sino que ese es un movimiento que hacen los toreros, y deja el teclado para hacer el intento.

Su notorio amor por su nueva chica –la actriz JULIETA CARDINALI- lo expresa cuando junto a VICENTICO interpreta “El Cantante” y allí cuando la letra de RUBEN BLADES dice “Oye Andrelo, tu estás hecho, siempre con hembras y en fiesta” grita un: “¡Ya no!”.

Quien fuera cantante de LOS FABULOSOS CADILLACS también interpretó “Vasos Vacíos” y días atrás se juntó con sus viejos compañeros para grabar “La parte de adelante”, que irá a parar al tributo a CALAMARO que se editará en 2006.

Una parte del público, los más fundamentalistas quizás, esboza “Es para Charly que lo mira por tevé”, y ANDRES les baja los decibeles restándole importancia a la pelea con GARCIA.

Saluda, agradece, cuenta historias, gesticula al cantar y deja la mano arriba, flotando en el aire como lo hace un tanguero para expresar su sentimiento por esa copla que enuncia. Se lo ve radiante y con aquellas ganas que habían desaparecido, las que no encontraba para volver a un escenario.

Luego de la emocionante “Paloma” no se toma ni un minuto para refrescarse y los bises suenan pegaditos. Arranca “Maradona”, en su homenaje al amigo, y deja el final plagado de hits de antaño: “No se puede”, “Mi enfermedad” y “Sin documentos”.

Terminó la noche y terminó su 2005, un año que lo devolvió a los escenarios, a la tapa de las revistas, y a las radios también. Editó su primer disco en vivo y la gente pudo tenerlo cerca y disfrutarlo. Genera incertidumbre el camino que elegirá EL SALMON para su futuro, si volverá a la composición, o se calzará definitivamente el traje de intérprete. Mientras tanto, el status de “clásico” le sienta cada vez mejor, su nombre es respetado, su estilo cada vez más influyente, y su convocatoria y el cariño de su gente se mantienen intactos.

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