RESEÑAS

Dando pasos

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Bueno, estamos otra vez en el barrio de Floresta, acá por Rivadavia al 8000. Está tocando la banda invitada, ENCÍAS SANGRANTES: chicos que le dan a los ritmos latinos, al reggae, con sonidos ásperos, voces rústicas. Tienen buenas canciones de simple ejecución y alta efectividad.

Entra un ragga e inconscientemente las patas se me mueven solitas. Me sirve para sacudirme un poco la resaca del día anterior. Me gusta ENCÍAS, me agradan sus temas. Parecen buenos amigos que se juntan a sacar canciones y pasarla bien. Se van pero antes agradecen a los PAMPA, que es lo que se viene en un ratito.

PAMPA YAKUZA es una banda que se mueve dentro de un ambiente que está creciendo en convocatoria, y se sube al tren junto a otras agrupaciones que con largos caminos ya transitados, finalmente están siendo justipreciadas y comienzan a posicionarse dentro de la escena. Hablo de los ANDANDO, hablo de AZTECAS, cuyo violero acabo de ver por ahí. Hay un excelente ambiente en estos recitales. Arranca PAMPA. Es una base electrónica que pronto se convierte en Dando vueltas. Hagamos uno es la que le va en saga.

La banda va mechando composiciones de sus dos placas: El vago, Mundos matungos, Amor de poliéster, y es notoria y muy bien recibida la omnipresencia de los bronces por sobre las bases latinas; la gente no se cansa de corear sus intervenciones. GUSTAVO VITALE, percusionista y agitador profesional, es otro de los que contribuye a conformar la colorida paleta de cadencias y sabores de América toda.

El sonido y el espíritu de bandas como MANO NEGRA y los CADILLACS, entre otros, que a comienzos de los años 90 salieron a sacudir cimientos con su mixtura de estilos y el rescate del ritmo de los pueblos, ya no sorprenden por novedosos. Tan solo resta esperar por buenas canciones. A mis oídos, los PAMPA aportan muchas buenas piezas de redondas melodías, agradables, sin aristas de desprolijidad, quizás desaprovechando un poco los beneficios de una buena y sucia guitarra eléctrica, o la estridencia de una garganta berreando a grito pelado. En definitiva, solo cuestión de detalles.

Cada vez que LUCIANO KATZ troca su guitarra por el charango, el ambiente gana en efusión y la banda se sube al rasguido primitivo para alcanzar los momentos más efervescentes de la noche. La gente baila.

Cerca del final se despachan con su singular versión de Sucio y desprolijo, de PAPPO, incluida en un álbum homenaje de reciente manufactura en el cuál participan una docena de bandas en ascenso. La versión, claro está, no supera a la de nuestro héroe de la guitarra, pero PAMPA le aporta su gusto personal sin cometer el error de otros grupos de apartarse demasiado de la esencia y el sentido de la canción.

Durante todo el recital el público pidió por Carnaval para tu desconsuelo. La banda por fin concede el requisito y cierra su muy buen show con este tema, dejando el escenario para bajar al llano y cantarla a capella, en medio de la gente, al compás de unos tambores murgueros.

De esta manera, PAMPA YAKUZA finaliza su arribo al Teatro de Flores, con buenos indicios de cara al futuro y con un público preparado para seguir y acompañar su crecimiento.

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