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Damon Albarn: cómo desaparecer completamente

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En “Everyday robots”, Damon Albarn se reinventa a sí mismo en un disco tan bello como sombrío.

Con los rumores de una colaboración con Noel Gallagher, y sin descartar ninguno de sus proyectos principales, llega “Everyday robots”, el esperado debut solista de Damon Albarn. Si la regla número uno del disco en solitario es despegarse del sonido de su banda principal, el británico lo cumple con versatilidad. Y lo que es aún más importante es la capacidad y brillo con que lo logra.

Una línea de violín al borde de incomodarnos, de esas que suenan en las películas de suspenso, contrasta con la voz suave y plácida de Albarn (suena realmente relajado) y hace juego con la letra alienante en donde nos pinta como autómatas envueltos en rutinas de las que no podemos escapar, cada vez más pendientes de nuestros dispositivos tecnológicos y menos conectados entre nosotros. “We are everyday robots on our phones” es el primer verso del tema que da nombre al disco, en una letra por momentos escalofriante de tan (inevitablemente) real.

En “Hostiles”, el segundo track, se mantiene ese clima plácido, casi sombrío, como si estuviéramos sumergidos en agua. Lonely press play completa una primer trilogía de canciones enlazadas por bases placenteras pero con letras que hablan de soledad y desconexión humana. La alegre “Mr. Tembo” (una canción que poco tiene que ver con la lógica del disco) y la instrumental “Parakeet” rompen la tendencia que se retoma en “The selfish giant”.

Con Natasha Khan (Bat for lashes) en piano y coros, Albarn vuelve sobre la alienación tecnológica: “It’s hard to be a lover when the TV’s on”. Damon elabora un disco con un sonido propio, los temas se diferencian pero a la vez logran una unidad, construyen un clima y un imaginario en el cual resulta irresistible sumergirse. Y el uso del verbo no es caprichoso, “Everyday robots” es un álbum para escuchar con auriculares bajo el agua.

“And the metronome that defeats you is the monochrome that you seek” desliza Albarn en “Photographs (you are taking now)” buscando abrirnos los ojos, dándonos una clave para escaparnos, una vía de fuga. En “La increíble vida de Walter Mitty” el fotógrafo que interpreta Sean Penn (Sean O’Connell) nos da una lectura para linkear a este disco. Dejando pasar la oportunidad de tomar una foto impresionante manifiesta: “If I like a moment, for me, personally, I don’t like to have the distraction of the camera. I just want to stay in it” (si me gusta un momento, personalmente, no me gusta tener la distracción de la cámara. Sólo quiero permanecer en él).

En el final con “Heavy seas of love” encontramos un poco de redención, algo de sabor a triunfo entre tanta realidad enajenante. Con la participación de Brian Eno cantan “When the world is too tall, you can jump, you won’t fall” como queriendo virar en un cierre más esperanzador, percepción que se acentúa con el aporte del Leytonstone City Mission Choir.  “Everyday robots” es música no para combatir la alienación, sino para dar por perdida la pelea, para darse por vencido, para aceptar lo inevitable. Pero en ese abandono, en esa renuncia se alcanza el placer, la satisfacción de no tener ataduras, de no depender de nada, ni de nadie. Desparecer completamente para lograr el escape. La mejor indicación está incluida en el propio disco: “If you’re lonely press play”.

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Redacción ElAcople.com

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