RESEÑAS

Cuatro Raros

Por  | 

“Mirá que no hay más entradas” me entero como la de boletería desilusiona a un muchacho de remera a rayas y anteojos de grueso marco negro que a la sazón desenfunda su paraguas y se pierde por la Álvarez Thomas. Entonces, sorprendida por la amplia convocatoria, entro al ex teatro de Colegiales con buenas vibraciones.

Dos minutos ahí adentro y el sudor que corre por la frente merece una cerveza urgente. Con esto quiero decir que la próxima vez que vayan al Roxy no olviden ir ligerit@s de ropas y con algunos morlacos en el bolsillo para hidratarse bien.

Faltaba poquito para las nueve de la noche y el enorme telón rojo se abre para dejar ver la gran pantalla que se posa sobre el escenario. Una serie de, algo así como, “cortos” se pasaron unos tras otros. Aplaudidos y ovacionados fervorosamente por el público, recuerdan a cualquier tipo de producción fílmica de CAPUSOTTO, para que se den una idea. Bizarros, surrealistas, raros, muy raros.

La pantalla sería una protagonista interesante durante toda la función, programando imágenes engranadas a la perfección con cada palabra en cada canción. Pero pasemos a los bifes, digo, a la música.

El reloj ya se había pasado de las en punto cuando los cuatro de EL CUARTETO DE NOS suben a escena y sin hacer esperar se despachan con el poderoso trío “Nada es gratis en la vida”, “Hoy estoy raro” y “Ya no se que hacer conmigo” Arriba son los hermanos ROBERTO Y RICARDO MUSSO, en guitarras y voces, SANTIAGO TAVELLA en bajo y también voz, y detrás de los platos y redoblantes se encuentra ALVARO PINTOS.

Abajo son algunos que “vieron luz y entraron”, otros que cantan pura y exclusivamente los temas más escuchados de su última producción discográfica “Raro” (2006) y una enorme cantidad que corea una y cada una de sus coplitas y cuentan orgullosos parte de su historia. Como le escucho decir a una chica a mi lado: “estos pibes vienen tocando hace 25 años, tienen como 10 discos, no es joda”. Y claro que no es joda, eso sí: lo parece.

Letras de un ritmo sin igual, rimas rimbombantes y realidades ironizadas podrían caracterizar bastante bien a estos charrúas. Violas bien ejecutadas aunque sin demasiado despliegue, correcta base bajo-batería y voces afinadas e interesantes también dicen algo del CUARTETO. Un poco de rock, un poco de balada y otro poco de candombe.

En la lista le siguieron “Siempre que escucho al Cuarteto”, “Al cielo no” y “No quiero ser normal”, de su disco anterior, ”El Cuarteto de Nos” (2004). SANTIAGO le da un respiro a ROBERTO cuando toma el micrófono por las astas y canta temas como “El karaoke de mi noviecita”, “Solo un rumor”, “Fui yo” y “Pobre Papá”.

Hacia el final las cosas se ponen bien bailables. De los tantos temas que cosechan en su haber, para cerrar la hora y media de show eligen “Invierno del 92”, “Me Amo”, “Así soy yo”, el ultra hit del momento “Yendo a la casa de Damián” y dos clásicos para los seguidores “Bo cartero” y “El día que Artigas se emborrachó”.

Letras raras; proyecciones de imágenes raras; gente que sigue a una banda rara. Si vas a ver a EL CUARTETO DE NOS, nada tiene demasiada explicación. Al fin y al cabo, ¿hay alguien que no haya sentido alguna vez: hoy estoy raro, y no entiendo por qué?.

1 Comentario

Tenés que estar logueado para escribir un comentario Iniciar sesión