RESEÑAS
Cuando “no” significa sí

Existe dentro del psicoanálisis la creencia de la “Negatividad positiva”. Según Freud, cuando se empieza una frase diciendo “no”, en realidad se quiere expresar todo lo contrario. Es decir, si se le saca el “no” del comienzo queda en evidencia el verdadero significado. NO TE VA GUSTAR confirma la teoría. Te va a gustar vivir una fiesta (con globos de colores y todo), te va a gustar corear a viva voz canciones con un contenido profundo, te va a gustar celebrar con saltos o palmas, te va a gustar transitar distintos climas musicales. En síntesis, NO TE VA GUSTAR te va a gustar.
Después de tocar en el Pepsi Music de nuestras tierras y en el Pilsen Rock del otro lado del charco, el grupo uruguayo volvió a las tablas capitalinas. El Teatro de Flores rebalsó de gente dispuesta a dejarse llevar por el candombe, reggae, ska, murga y rock combinado con letras que hablan de explosiones de revolución y de implosiones de reflexión sobre la vida y sus circunstancias.
A las 21.15 se cerró el telón para que se abriera el show con la calma de “Solo”, que se contrarrestó con la potencia de “Más mejor” . Con mucho aire rioplatense vino “Cielo de un solo color” –con bandoneón incluido– seguido por “Yrigoyen”. Así, en sus primeras interpretaciones puntearon sus tres trabajos discográficos: “Sólo de noche” (1999), “Este fuerte viento que sopla” (2002) y “Aunque cueste ver el sol” (2004).
El cantito “el que no salta es militar” fue la respuesta a “Revolución”. En la misma línea agitadora siguió “No te quiero acá”, con la introducción del cantante y guitarrista EMILIANO BRANCCIARI mandando “un abrazo a la gente de FM La Tribu que nos convocó para un disco”. Es que esta canción figura en el compilado “A Bush no le va a gustar”, editado por la radio para darle la bienvenida (¿o debería ser “malvenida”?) al país.
Promediando el recital, dos bombos murgueros manejados por “unos amigos de por acá” –como fueron presentados por el líder de NTVG- aportaron sus toques a “Tenés que saltar”. Se podría decir que el nombre del tema resumía la sensación que desde el principio del espectáculo había invadido cada cuerpo, ya que no hubo un solo momento en el que faltaran los saltos.
“Esta canción se la quiero dedicar a mi papá Carlos”, dijo el frontman, señalando hacia uno de los balcones del VIP donde se encontraba y al grito de “olé, olé, olé, Carlos, Carlos…” por parte del público empezó a sonar “Mucho más feliz”.
Después de “Ya entendí” y “No hay dolor”, llegó con toques tecno “Te voy a llevar”, fusionada al final con parte de “Todo un palo” de LOS REDONDOS. Más adelante, la demostración de la unión musical entre Uruguay y Argentina también se dio con la incorporación de unas estrofas de “Alta delta” de DIVIDIDOS -en una versión reggae-ska- dentro de “Verte reir”.
Se fue “No era cierto” y con ella los músicos del escenario. La guitarra, el bajo, la batería, la percusión, la trompeta, el trombón, el saxo tenor, los teclados y los micrófonos quedaron en suspenso sobre un escenario sin luces. Pero en menos de cinco minutos los instrumentos volvieron a cobrar vida. “Muchísimas gracias. Volveremos”, fue la frase de despedida. Después de “Me cuesta creer” y de más de dos horas de show, terminó una gran noche de sábado sellada con la promesa del regreso.
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