RESEÑAS

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Con una meteórica carrera de siete años, la banda estadounidense llegaba a nuestro país por primera vez para mostrar las canciones de su tercer y popular disco de estudio, “Brand new eyes”, de 2009.

A diferencia de Estados Unidos, Japón y algunos países de Europa, Paramore tomó mayor notoriedad en Argentina recién con este disco gracias a la masiva difusión de las radios.

Con entradas agotadas a varios días del show, solo les restaba salir a escena y darles a sus fanáticos el espectáculo que esperaban.

Descarga emocional

Desde que se anunció la llegada de Paramore, siempre se miró a Cirse como la banda ideal para telonearlos por varias similitudes (vocalista femenina, estilo musical). Por eso, cuando se confirmó su presencia se sabía que iban a ser recibidos de gran forma.

Y así fue nomás. Aunque no contaron con el mejor sonido, pudieron obtener un rápido cariño a partir de sus gancheras y alternativas melodías como “Cerrando puertas”, “Muy tarde” e “Invisible”. A los músicos se los notaba inquietados, en especial a su locuaz y bella líder, Luciana Segovia.

La expectativa de la audiencia era tal que no podían contener su emoción, a tal punto que demoraron solo segundos para pedir por la banda cuando Cirse tocó su último acorde. Los 30 minutos que separaron un set de otro se transformaron en interminables para muchos.

Los aullidos adolescentes tomaron el control de la escena cuando a las 21 el estadio quedó a oscuras. Con solo ubicarse en sus lugares y hacer sonar sus instrumentos con una pequeña intro los músicos provocaron una locura de grandes dimensiones. Con los primeros  acordes de “Ignorance” todo se multiplicó.

El sello Paramore

Si desde el comienzo la figura de Hayley es importantísima, con la polémica salida de los hermanos Josh y Zac Farro (guitarra y batería, respectivamente) su imagen tomo aún más protagonismo.

Y por si había alguna duda de su feeling con el público, Hayley exclamó un simple “Argentina” en el medio de “Feeling sorry” y recibió una estruendosa ovación. Todo comentario o arenga por parte de ella era tomado con mucho fanatismo.

Sorprendió que durante el show las canciones de su anterior disco, “Riot” (2007) se vitorearon con igual o mayor euforia que las de “Brand…”. Las versiones de That’s what you get y Crushcrushcrush, son dos ejemplos de ello.

Tampoco se olvidaron de su debut, “All we know is falling” (2005), con “Emergency”y “Pressure”.

Otro momento importante fue el set acústico, que estuvo compuesto por cuatro canciones. Pese algunos altibajos, la cosa repuntó definitivamente con la genial balada Misguided Ghosts. También estrenaron una nueva, llamada “In the mourning”.

Los otros dos estandartes, el bajista Jeremy Davis y el guitarrista Taylor York, cumplen un rol central y así se lo reconoce el público con grandes ovaciones.El resto lo completan los cesionistas Justin York (guitarras), Josh Freese (batería, percusión) y Jon Howard (guitarra rítmica, teclados).

Si bien los presentes cantaron todas las composiciones, las voces se multiplicaron en las más exitosas: “Careful”, “The only exception” y Brick by boring brick. Tras 90 minutos, el público los despidió con felicidad y con ansias de un rápido retorno.

Por lo general, cuando un grupo alcanza repercusión mundial comienzan a existir roces entre sus integrantes. Paramore ya cuenta con dos bajas importantes que no parecen notarse. Durante el próximo CD se verá el resultado de la ausencia de los hermanos Farro.

Redacción ElAcople.com

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