RESEÑAS
Creciendo en el pecho

Fila de patovas: la pequeña entrada de El Teatro se agrandaba infiltrando bengalas y banderas que se refugiaban enseguida sobre las vallas. El telón cerrado no es obstáculo para la bata que se tiente a acompañarlos con el bombo. Un primer rang deja a MANU -más conocido como EL NEGRO (voz y guitarra)- sobre el escenario al mando de la noche con “Angel del Docke”.
Entre arpegios, las palmas al cielo cosen el final de “Melodía simple”, mientras los pasitos del bajo empujan el estribillo al público, que saltando se acerca a ellos.
Las cuerdas rompen fila y una bengala verde ilumina las caripelas. Los patovas logran apagarla mientras contraatacan desde otro rincón con otra, para iluminar a “En la calle, locura y libertad”.
”Les presento a un amigo que va a cantar esta canción” anticipa EL NEGRO en “Mago de la lluvia”, mientras sube TOTI, cantante de LOS JOVENES PORDIOSEROS con su baile stone de lado a lado del escenario, al grito de “¡RocK and roll! : si quiero rocanrol escucho a estos pibes”.
”Esto recién empieza” dice MANU entre los acordes de la eléctrica de “Arde la ciudad”, que remolca tres bengalas al medio del pogo. Se apagan las luces, hueco para el cantito y un par de platillos; con CARLITOS y su bajo al frente suena “Buscar”, primera consigna de un viaje, abriendo entre la gente círculos de choque para el estribo.
Un último rang da entrada a las tumbadoras para agregarle el rasguido al coreo de la gente en “Entre Ríos”, dejando a FRANCHIE saltando en solos de luces relámpago. La música pareciera remar sobre las luces azules de la bata de EL TANO, que tumbea sobre “La marea del sol” del teclado. EL NEGRO corea bien selvático para que la gente responda.
Despliegan una bandera en “Pueblo Latino” que va subiendo de tono dejando a FRANCHIE con su viola entre juegos del teclado mientras la percusión los tienta a saltar con “Viviendo allá II”.
Se apagan las luces para enfriar, la bata calienta al compás de los cantitos: “¡les gusta la joda a ustedes!” dice EL NEGRO, incitando.
Suena “Canción del cóndor y el águila”, chacarera de menores donde FRANCHIE larga la viola para seguir la melodía señalando al público.
Sacan la bandera del fondo para dejar de escenografía la cara de El Che en “San Ernesto”, quedando EL TANO en el medio del escenario con el bombo de cuero bajo luces de puesta de sol. Se fusionan los arpegios acústicos de “Renacer” para romper el clima, variando entre la fuerza de la bata y los susurros de EL NEGRO con las banderas flameando al pie.
Sale MANU solo con su eléctrica entre luces azules que destacan ese frío dulce de “Donde vamos”, elevando jinetes en el pogo. Con EL TANO al cajón peruano, sobre base de piano y riff de viola, suena “Mi semilla”, cover de LA VELA PUERCA, haciendo que El Teatro sea un eco del Estadio Obras, donde tocaba la banda uruguaya paralelamente.
“Bienvenidos a esta locura de necios y soñadores”
“Hola amigos” grita MANU al pogo de bengalas, sobre el riff de FRANCHIE ante el bombo chacarero de “Vagabundear”. “Muchas gracias, la estoy pasando lindo, gracias por venir”. Entre caras y gritos detrás del humo del escenario, MANU acerca el mango de su guitarra a la gente para hacer “El Hambriento”.
Mantiene su rasgueo para romper con el riff de FRANCHIE, clave para poguear “La Planta”, mientras una bengala ilumina sus solos, que bailan entre quiebres y velocidad de la bata en “Juego de locos”.
Se van los músicos del escenario, dejando solo una mesa, una silla y una birra tentadora. CHINCHULIN -un verdadero personaje- monologuea y brinda con la gente para agitar “Calavera” entre banderas y bengalas.
Se bajan los jinetes a saltar en “Siempre esperando”, mientras FRANCHIE se pasea en solos al punto de romper cuerda y tener que cambiar de viola sobre el final, pero sin perder el hilo.
“El 29 de diciembre tocamos en Cemento, por si quieren ir. Ahora que está de moda el boca en boca…” invita EL NEGRO, mientras FRANCHIE le cede la viola a JUAN PABLO para hacer “A vivir” con un toque blusero, mientras las palmas de la gente y las bengalas acechan desde el fondo.
“¡Muchísimas gracias!” se despide MANU en la cornisa del escenario, mientras su silueta se trasluce en una luz roja de un suspiro, aumentando la velocidad para llevarse la noche a un largo “Viaje”.
Con el pogo galopando desde atrás y los músicos con las piernas aferradas al suelo como para no volarse, se escucha un último “gracias”, que estampa la fiesta en la imagen de EL NEGRO levantando su viola al público, haciéndolos parte del acorde más eterno. Haciéndolos parte de ese viaje.
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