RESEÑAS
Crecer

Ya desde temprano, la actividad se hizo presente. Los 7 Delfines abrieron el escenario principal y aprovecharon la oportunidad para presentar más que nada canciones de su último disco, “Carnaval de fantasmas”. De todas formas, aunque tenían poco tiempo para mostrar lo suyo, sonaron algunos clásicos como “Dale Salida” y “Para Terminar”, de Fricción, vieja banda de Richard Coleman.
Luego, bajo un sol cada vez más fuerte, salieron Los Pericos soltando hits como si fueran caramelos, mientras Juanchi Baleiron se mostraba curiosamente eufórico. También intercalaron canciones de su último disco, “Pura vida”, como “Lindo Día”, con Pablo Romero de Árbol como invitado, o “Pianito”, que según Juanchi habla del “faaaaasooooo”.
Massacre está por todos lados; en todos los festivales, como banda sorpresa, como banda soporte. Ya no es la banda que le hablaba a unos pocos, a los perdedores, a los melómanos. Por fin les ha llegado el reconocimiento después de tantos años, pero todavía es un poco chocante ver la cantidad de remeras con su nombre que hay en cualquier fecha que se presenten. Esta vez no se vio la mejor cara de la banda.
Desprolija, predecible y deslucida; incluso viejas obras de arte (porque eso son) sonaron carentes de alma, tales los casos de “Plan B”, “Mi mami no lo hará”o “Diferentes Maneras”. Massacre es una banda inconformista, que siempre descolocó, que siempre rompió esquemas. No estaría bueno que se acomoden en la posición que están ahora, aunque esto suene a palabras de fanático resentido. Pero esta nueva encarnación de la banda está mas cerca de los grupos que suenan en cierta radio dedicada al rock argentino que a la banda de culto que supieron ser. Aunque tal vez solo se trate de crecer, cosa que han hecho los Jesús & Mary Chain.
Crecer. JAMC es de esas bandas, como Velvet Underground, como Nirvana, como tantas otras (aunque tal vez no tantas) que cuando uno las escucha por primera vez, siente que todo lo que había escuchado era una porquería, una mentira.
Ocho años después de su disolución, la banda de los hermanos Reid volvió. ¿Por qué? Definitivamente no es por la fama ni por el dinero; nunca los tuvieron y nunca los van a tener. Y lo que alguna vez fue desafiante, hoy tal vez es complaciente. O tal vez se trate de crecer.
Ya no son chicos enojados con el mundo, Disfrutan de lo que han creado, y la lista no tiene fisuras: “Head on”, “Blues form a Gun”, “Some Candy Talking”, “Just Like Honey”. Esta última revitalizada por Sophia Coppola en la película “Lost in Translation”, tal vez una pequeña ayuda a la hora del regreso de la banda.
Y ya no hay nada por lo que protestar. Estamos viejos. Seguimos siendo los mismos, pero ahora disfrutamos lo que hacemos. Tenemos la misma postura. No saludamos. No nos reimos. Hacemos lo que siempre hicimos. Eso es lo que deben pensar los músicos hoy por hoy. Esos deben ser los motivos de la vuelta. Y está bien que así sea.
Pero está Spiritualized para seguir la tradición que dejaron los Jesús & Mary Chain. Ý verlos es como ver a toda la historia del rock resumida. Es como ver al rock de estadios encarnado en los espíritus de The Who y Pink Floyd haciendo noise y rock espacial. Spiritualized es todo. Es Inglaterra, es psicodelia, es trance, es drogas. Es la banda que en algún momento supo robarle el titulo de disco del año al “Ok Computer” de Radiohead. Tres guitarras, un tecladista, un baterista y dos coristas le dan todo un clima a la banda que cuando empiezan a calentar, el show llega a su fin. Una lástima, pero definitivamente un privilegio.
Y seguimos hablando de crecer, algo que también han hecho los Offspring. Definitivamente. Todo lo que representaban hasta ahora las bandas que habían tocado en el festival, bueno, The Offspring es todo lo contrario: es fiesta, es alegría, es amigos, es cerveza fría en la playa. Y aunque ahora nos hagamos los refinados y escuchemos noise y post rock, todos los que estábamos ahí crecimos con bandas como ellos.
Era volver a épocas donde no teníamos tantas responsabilidades, donde nuestras mayores preocupaciones eran no llevarse materias y que las mina que nos gustaba nos diera bola. Momentos en donde todo era más honesto. Y The Offspring es una banda honesta. Ellos quieren que la gente se divierta. Son una banda de punk rock, no quieren demostrar nada.
No importa que tengan nuevo disco; tocan las canciones que los hicieron lo que son. ¿Sos fan de la primera hora? Tenés “Come Out and Play”, “Bad Habit”, “Gotta Get Away”. ¿Sos de los que los enganchó con la etapa careta? Para vos también hay: “Pretty Fly”, “Want You Bad”, “Hit That”. No importa, hoy es noche para celebrar. Y crecer se trata un poco de eso también. Saber de dónde viene uno. No renegar de eso. Celebrarlo. Acordarse con cariño pero también avanzar. Por eso también la banda sigue sacando discos.
A los muchachos se los ve bien. Dexter y Noodles se dejaron crecer el pelo, y de cualquier momento se nota que ya no son unos pibes. Es muy duro ver las arrugas de los californianos cuando las cámaras hacen algún acercamiento. Pero ellos buscan la manera de verse jóvenes. Como su música, ajustada y pesada en base a las tres guitarras que hay en el escenario.
Esta noche no te van a aburrir con canciones que no conozcas. Mejor disfrutá y volvé a tener
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