RESEÑAS
Cosquín Rock 2009 – Día 2

Tras una primera jornada extenuante, el sábado amanecía con la pronosticada lluvia. Ésta permanecería a lo largo del día con diferentes intensidades. El público venía provisto para no sufrir las inclemencias. Los precarios pero útiles trajes de lluvia, que se vendían por $5 o $10 (dependiendo del vendedor), eran las estrellas de la velada. Otras nueves horas nos quedaban por delante.
¿A ver con qué se vienen?
El escenario más pequeño estuvo destinado a la presentación oficial del compilado “Nuevas Tribus”, que reúne a ocho bandas cordobesas. Estas fueron seleccionadas luego de que las productoras Nueva Tribu y Bestiario recibieran centenares de discos. Sin embargo, la rareza estuvo en que dos de los grupos tocaron en otros escenarios (Astenia y Motorblues).
Resabio, otra banda ganadora del pre-Cosquín, pero que extrañamente no forma parte del compilado, fue la encargada de abrir este segmento. Pocos espectadores pudieron apreciar su correcto hard rock. Lo mismo sucedió con Drako, que pese a fusionar su rock con estilos como el folklore, la chacarera, el jazz y el funk, tampoco contaron con el público debido.
Con sus aires rioplatenses y jamaiquinos, La Madre del Borrego, una agrupación de renombre dentro de la provincia, estuvieron mejor acompañados e hicieron danzar a unos cuantos. Haber participado del festival le daba una cierta tranquilidad a la gente de Ojos de Piedra, y esa seguridad se divisaba a varias leguas. Sonaron mayormente melodías de su disco “Marcas”.
“Desafilado”, una composición incluida en su segundo CD, resumió la propuesta de Santa Esquina. La influencia de Los Redondos es indudable, aunque ello no quita su cuota de originalidad.
Como invitados estuvieron los chicos de Gazpacho, la única banda conocida por estos pampas. Repasaron canciones de sus tres discos, entre ellas, “Adrenalina” y “Para siempre”. Su cantante, Pablo Oliva, intentó arengar a la masa sin conseguir los resultados deseados.
Luego le tocó el turno a otra banda de Buenos Aires, Santuca. Este trío provocó que varios agitaran sus cabezas al ritmo de sus riffs bien rockeros al estilo Riff. Después, Roko, confirmó que la música cordobesa está más fuerte que nunca. Su fusión de ñu metal y hip hop, con estribillos gancheros, y mucho mensaje social, obtuvo buenos comentarios. “Tu traición”, una canción que engloba su propuesta.
Para cerrar, Juan Terrenal también llamó la atención por su interesante oferta. Rock con mucho poder y melodía. En la versión de “Boys don’t cry”, de The Cure, o en la propia “Que más”, dejaron en claro su estilo.
Con su público fiel
A continuación, el punk rock tenía su propia fiesta, en donde cinco de las bandas más importantes de la escena se darían cita. Al igual que el día anterior, tres agrupaciones ganadoras de los pre-Cosquín comenzarían con la misma.
Malos Tratos, de San Francisco –Córdoba- y su ñu metal nacional (muy al estilo Cabezones), The Sniffers, de Córdoba Capital y su hardcore con toques de punk y metal, y Néctar, de Posadas –Misiones- y su fusión de hardcore, funk y rock, tocaron por espacio de 20 minutos ante un público que se iba acercando de a poco al predio.
A pesar de una lluvia tenue, Betania y Astenia, otros dos grupos cordobeses, mostraron que más allá de tener aires punks, su música varía hacia otros mundos. Betania puede ir desde un Bad Religion a un Red Hot Chili Peppers; en cambio Astenia, con un sonido poderoso, revolotea hacia algo más novedoso y personal. En el medio de ellos, los santiagueños de Daño Cerebral estaban súper felices de poder estar en este tremendo festival. Tampoco el punk era su principal influencia.
Tras seis agrupaciones poco conocidas para el gran público, y de las cuales ninguna era netamente punk, Expulsados arrancó a todo trapo con sus canciones de corte ramonero. “Enfermera Vudú” y “Se fue a Berlín”, clásicos de la banda, generaron los primeros pogos importantes del escenario. Se los escuchó muy ajustados y potentes.
Por más que a muchos les moleste este reencuentro de Flema, que dentro de poco se verá reflejado en un disco en vivo, el público cantó apasionadamente himnos como “Ahogado en alcohol”, “Tiempo de morir” o “El Linyera”. Fernando Rossi (hoy el cantante, ex bajista), a pesar de su desprolija voz, le puso mucho ímpetu y seriedad.
Los años pasan, y Bulldog de a poco se aleja del estilo que los identificó desde siempre; sin embargo, todos los siguen incluyendo dentro de la movida. Esto no les deja dar ese salto de calidad que tanto están buscando. Igual ellos siguen ofreciendo sus shows característicos, y enloqueciendo a su gente con “Fatal destino” y “El ángel de la muerte”.
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