RESEÑAS
Conquista nórdica

Después de haber actuado con Masterplan en 2003 y con Avantasia en 2008 y 2010, el público metalero local necesitaba ver al vocalista noruego nuevamente. Y tener la posibilidad de observarlo con su propia banda era una gran opción. Pese a la gran oferta de conciertos internacionales, sus fanáticos iban a estar allí de igual manera.
Satisfacción inocultable
Para abrir la velada se eligió a dos grupos de renombre como Patán y Renacer. Sin embargo, los espectadores no estuvieron atentos a sus actuaciones, como suele ocurrir con la mayoría de los soportes, sean o no populares.
En primer lugar, Patán dio claras muestras de su legado y trayectoria con las guitarras bien al frente y el sonido aguerrido característico. “El auténtico patán” y “El vuelo del dragón”, dos clásicos que generaron un buen espíritu. Luego subió Renacer con un audio aún más contundente y con una propuesta más hard rockera en la actualidad. “Bienvenidos al show” e “Hijo del viento” son dos buenos ejemplos.
El Ateneo tenía un marco más interesante para recibir a Jorn Lande, quién por su trayectoria merecía este contexto. Cuando a las 21.45 comenzó a sonar la intro, el clima ya era el adecuado. Tore Moren (guitarra), Trond Holter (guitarra), Nic Angileri (bajo) y Willy Bendiksen (batería) estaban en sus posiciones para arrancar luego con “Road of the cross” y “Shadow people”.
De movida consiguieron un sonido impecable, donde cada uno de los instrumentos se percibía claramente. La voz del fabuloso cantante noruego es esencial en la estructura de las canciones, por eso estaba en primer plano.
Para la primera vez en Sudamérica decidió incluir en la lista melodías de “Lonely are the brave” (2008) y “Spirit black” (2009), sus dos últimos discos de estudio con canciones propias. Sin embargo, los presentes estaban allí más por la historia y el talento del cantante que por este proyecto en sí.
Los fans se mostraban alegres y efusivos por el show que estaban presenciando. Participaban con palmas, coreando la melodía o cantando el estribillo cuando Jorn les daba ese lugar. Pese a que muchos no estaban al tanto de la discografía solista, jamás decayeron en su espíritu. Ni siquiera cuando Moren tuvo inconvenientes con el amplificador de su guitarra.
Semillas firmes y seguras
La música de Jorn se centra en un hard rock con influencias de Dio, aunque por momentos suenan bastante más heavys y directos. Por lo general, los temas son dominados por riffs contundentes con estribillos y solos gancheros, tales los casos de “Promises” y “The inner road”.
También hubo espacio para el álbum “The duke”, de 2006, con “We brought the angels down”, “Stormcrow” y “Blacksong”. Otro que tuvo su momento único fue el batero Bendiksen, que generó opiniones diversas en los asistentes ya que a algunos les pareció interesante, y a otros no les transmitió nada.
Si bien Tore Moren es el guitarrista que viene acompañando al vocalista desde los inicios, no es la principal atracción durante el vivo. Su compañero Tor Erik Myhre es quién se destaca en las seis cuerdas con solos precisos y eficaces.
El disco “Dio” (2010), donde versiona canciones de Ronnie James, fue muy bien recibido tanto por los fanáticos propios como por los admiradores del desaparecido cantante. Todos destacan la adaptación de los temas con su personalidad y efectos.
Durante los bises se escuchó la canción que Jorn le dedicó a su ídolo, “Song for Ronnie James”, con una extensión algo desmedida pero con el sentimiento necesario. Después sorprendió al interpretar una melodía de Dio que no está incluido en dicho tributo. El cierre fue con “War of the world” con un juego infinito entre la banda y el público
Jorn prometió volver el próximo año ya que sintió un gran afecto de los presentes e intuye que para los siguientes shows el marco va a ser mayor. El boca en boca será fundamental.
1 Comentario
Tenés que estar logueado para escribir un comentario Iniciar sesión