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Confort y música para posar

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Los espectadores, en su mayoría chicas de entre 14 y 17 años con peinados a la moda quedaron, de a ratos, desentendidos ante versiones alargadas, de tilde zapador y potente virtuosismo.

Arrebataron con ”Solitario Tango”, sin presentación ni prologo, sin introducción ni previa. Cargado con su “Les Paul”, el ex-KURYAKI despertó a la gente, sobretodo a las niñas que fueron abultándose más cerca del escenario. Para el siguiente track, EMMANUEL sentenció: “por no haber dormido, está bastante bien” y no quedó claro si se refería a su banda, o al tieso público que desconocía las letras.

”Te de Estrellas” recreó el clima sofá que caracterizó gran parte del show. Luego vino ”Abismo”, rememorando épocas pasadas, cuando compartía escenario con DANTE SPINETTA. Con una introducción hiper cargada, la canción se dejó descubrir recién en las líneas, las cuales fueron presentadas de una forma mucho más delicada, como reprocesando el sonido “soul” de la “Talma Motown”.

El público disfruta sentado, y los músicos no están muy contentos al respecto, por eso EMMANUEL presenta el tema diciendo: ”Un tema que tiene su violencia… vieron?”, incitando al movimiento. ”Soy tu Nena” es la que todos están esperando. La gente canta como orgullosa de conocer la lírica. La versión es inmejorable, quedando bien expuesta la “violencia” que mencionara el rocker.

Para el turno de ”Hermano Plateado”, el gran showman obliga a la muchedumbre a ponerse de pie. Sus fans más ortodoxas (se contaban con los dedos de las manos) cumplen la orden sin chistar, y así todos bailan felizmente este tema con pasta de hit, y estribillo a lo “KURYAKI”.

De repente la cosa muta en reggae y le canta a las hierbas. Esta temática pasó a ser repetitiva e insistente. Durante la zapada reggae, el solista presentó a sus músicos. El más festejado fue el soberbio bajista, que durante los 45 minutos de espectáculo desplegó con naturalidad una gran técnica.

Con teclados esquizoides y muy pegadizos, sonó ”Psicodélica Cumbia”, un tema con todas las de ganar en los cuarenta principales. Todos bailaron muy divertidos, más “a lo disco” que “a lo cumbia”. El concierto finalizó bien arriba con ”Puedes Sentir Amor?” y su poderosísimo riff. Todo el mundo terminó coreando el estribillo que contenía las palabras “rock and Roll”, haciendo uso del viejo cliché.

La propuesta retro-glam de EMMANUEL HORVILLEUR, lamentablemente, solo es captada por niñas que representan una versión argencheta de lo que fue el glam rock británico. Injusticia para él, que plantea algo un poco más serio.

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