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Con la quinta quedamos pipones

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Según la grilla de horarios que nos había dado la producción, llegábamos justo para ver parte del show de LOS TIPITOS y el de LOS CALIGARIS. Pero a último momento decidieron adelantar los horarios y al arribar al predio, nos encontramos con que LAS MANOS DE FILIPPI ya estaban sobre el escenario. A esto debemos sumarle que durante la madrugada hubo una fuerte lluvia que persistiría durante toda la jornada en forma de llovizna, haciendo del predio un auténtico barrial, por lo que trasladarse de escenario a escenario se transformaría en una travesía.

Pero volvamos al show de LAS MANOS DE FILIPPI. “IPHG” y “Materialismo” fueron las primeras canciones que sonaron. Puteadas al sistema, a las bandas Santaolallas, a esos católicos putos fueron algunos de los dardos disparados por el incendiario grupo. Métodos piqueteros, Señor Cobranza, Señor Esperanza, Preso de tu sociedad y el nuevo Paranoia general fueron algunos de los temas elegidos para este set.

En el escenario punk se hacía presente la gente de TOPOS (ex FLEMA) y en el auspiciado por la marca de chicles, los equipos eran tapados para resguardarlos de la lluvia. En él, sólo pudimos ver el show de AUDIRE, ya que la imposibilidad de moverse a través del predio debido al barro, hizo que nos perdiéramos al resto de las bandas anunciadas: WDK, BUDA y AGRUPAXION SKABECHE entre otras.

KARAMELO SANTO subía al principal y comenzaba su recital con Negro, para luego presentar canciones de su última placa como Tu pa´mí o Fruta amarga. Guerrillero fue el tema elegido para cerrar dejando a la gente bien arriba para lo que vendría después. Mientras, en el escenario punk DOS MINUTOS recordaba sus éxitos de antaño como Ya no sos igual.

Entre Haedo, Nueva York y Quilmes

Trenes, camiones y tractores fue el puntapié inicial de la gente de ARBOL, quienes vestidos de blanco (tal como lo vienen haciendo en sus shows desde Obras, en diciembre pasado) reafirmaron lo que habían conseguido en su actuación de la edición 2004 del festival. Mucha gente los esperaba con ansias y las remeras con su logo se multiplicaban. Suerte, Chicanorexica (al igual que en su cd) le siguieron.

También hubo guiños a discos anteriores, tal el caso de La nena monstruo, Vomitando flores Enes (con la gente dejando un surco en el campo para el pogo), Cosacuosa (junto a MAIKEL de KAPANGA), Rosita. La vida y Ji ji ji (un himno del rock nacional) marcaron el final de su show.

Poco después, le tocaba el turno a MARKY RAMONE en el escenario punk. Teenage lobotomy, Chinese rock y Gimme gimme shock treatment serían la apertura de su set que se basaría casi totalmente en canciones de THE RAMONES. Entre los músicos de su banda, se encuentra el hermano de JOEY RAMONE en viola y voz. Desde la bata MARKY alentaba a la gente que estaba a pleno, algunos rememorando los shows de los flequilludos en Obras y los mas teens imaginando cómo pudo haber sido.

Patinada en el barro mediante, volví al escenario principal para ver el show de KAPANGA, quienes fueron presentados por PIPO CIPOLATTI. El cuarteto los une con esta provincia y ellos ya casi son locales, cosa que quedó demostrada desde el principio cuando comenzaron con Remolino, Me mata y Fumar. Un par de temas después llegaría el popurrí, presentado por el MONO al grito de Cucha Cucha (como la campaña de FM 100).

Así sonarían Esta saliendo el sol de INTOXICADOS, Los calientes de BABASONICOS y The KKK took my baby away de RAMONES, además de extractos de AIRBAG o ALEJANDRO LERNER. Pero lejos la mejor fue I used to love her de GUNS AND ROSES en versión cuartetera con el MONO usando pañuelito, anteojos y contorneándose a lo AXL. El mono relojero sería la ultima de las canciones antes de dejarle paso a sus vecinos de LA 25.

Leyendo un extenso texto y repartiendo velas arrancaron su set con el beneplácito de su gente y el tedio del resto de la audiencia. Lo suyo es el rock stone sin más pretensiones y el que fue a ver eso se fue contento. Las banderas flameaban y el pogo se sacudía con los acordes de la banda. Sobre el final llegarían Volver a casa, Con el rock en las venas y Quiero 25 con las imágenes del vídeo en las pantallas. A propósito: ¿alguien me podría decir que tiene que ver el vídeo con la canción?.

Y vamos vamo´ vamo´ LAS PELÓ…

Era el turno del show de cierre que le correspondería a LAS PELOTAS. Las apuestas para ver con qué tema empiezan se van sumando hasta que la producción no dice Arrancan con Capitán América. Tal cual había sucedido en el Gesell Rock. Pero lo que no fue igual fue que a las pocas estrofas un imbécil encendió una bengala. Apagala boludo! gritan desde el escenario mientras la llama desaparece y el autor se pierde en la multitud. Día feliz, Desaparecido y Sin hilo le siguen.

Después de Hoy me desperté (nuevo tema incluído en Show, disco en vivo próximo a salir) pidieron un coro de ovejitas para arrancar con Corderos en la noche. Acto seguido, y después de Cuando podrás amar, llegaría el bloquecito reggae con Solito vas, Hawaii (en el que la gente de LOS CALIGARIS subió vestida de bailarinas hawaianas. Faltan tetas pero onda hay dijo SOKOL) y Saltando.

A pesar del cansancio producido por 5 días de puro rock la gente saltaba sin parar, alentada por una banda increíble y una puesta en escena que hasta incluía lasers. Continuaría el show con Veo yover y una versión electrónica de Espirales. Tan mágica era la noche que hasta la lluvia decidió retirarse para que pudiéramos disfrutarla mejor.

Bombachitas rosas, La mirada del amo, Tiempo de matar y Peces (dedicada a la clase política argentina) se fueron sucediendo. Pero iba llegando el final de la mano de Muchos mitos y Esperando el milagro, aunque todos sabíamos que aún quedaban algunas canciones.

Shine, con PANCHO en la armónica (un chico discapacitado sin extremidades) y Uva uva fueron la primera tanda de bises. Al volver, lo hicieron con dos temas de SUMO: Los cinco magníficos y El ojo blindado. En la retina quedaba el haber visto a una de las mejores bandas del país cerrando un festival que con muchas cosas en el debe pide revancha a futuro.

Finalmente nos retiramos por última vez del predio, buscando el micro en el que volveríamos a la ciudad de Buenos Aires. Cansados, con mucho barro, pero con la panza llena de rock.
Sin duda hay cosas que corregir, pero los organizadores disponen de 365 días para hacerlo. Si lo logran, depende únicamente de ellos. Hasta el año que viene San Roque.