RESEÑAS

Compañero de emociones.

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¿Y cuántas veces escucharon hablar de grandes promesas del rock nacional o grupos geniales que en realidad eran una gran exageración de la crítica, que se perdían en la pretensión y la grandilocuencia y pasaban inadvertidos por el escenario de la vida rockera? Ok, oigan bien, COMPAÑERO ASMA es de lo mejor que se puede escuchar hoy en día por estos lugares. Este no es uno de aquellos casos, tengo pruebas que pasaré a demostrar.

Para empezar, desde hace ya más de 10 años que COMPAÑERO ASMA (alter ego o doble vida musical de HERNAN ESPEJO) está dando vueltas con una prolífica y poco conocida obra musical de 9 cassettes y dos discos (”Memorias de la Segunda Infancia” del ’99 y ”National Rock” del ’02, todo un concepto en un título), cargados de innumerables referencias en un ir y venir musical extremo, que no permite una fácil clasificación.

Tras un principio metálico como guitarrista de los relativamente conocidos VREDE, ESPEJO decidió “dejarse ser” en canciones y volcar diversas influencias musicales en ellas (anoten: PESCADO RABIOSO, JULIAN COPE, NEU, DEAD KENNEDYS, ROBERT WYATT, SUMO, LITTO NEBBIA y un etc. enorme). Transita así, de una impetuosa electrónica low fi al pop y del rock o el blues a la canción sensible, pasando por el intrigante camino de la psicodelia y la experimentación.

Además, es meritorio ver como recupera el rock de raíz nacional en su etapa más prolífica y lúcida -’60 y ’70-, no con una actitud simplemente revisionista y mimética, sino desde el lugar del músico encantado por esa etapa que no olvida que el principio del nuevo siglo es su lugar.

Este es el señor que se presentó en el Auditorio de FM La Tribu el último jueves y en la misma noche estuvo acompañando por el grupo UNO X UNO y su extraña mixtura de géneros y toques experimentales. Conformados como trío de bajo, batería y sintetizadores que disparaban samplers, bases y secuencias.

Sus temas era un agradable desvarío sonoro. Mezclaban toques de free jazz, con electrónica para nada cool (bien!), caían los ruidos, experimentaban, desarmaban sus canciones instrumentales y las volvían a armar. Y aunque por momentos se volvían algo tediosos, en general su show fue un saludable encuentro.

El COMPAÑERO ASMA estuvo dispuesto a exhibir su costado más cancionero y apegado al “national rock”. En formato de trío clásico, largó con “Canción del Horizonte” del genial y aún no justamente valorado LITTO NEBBIA. Luego siguieron la optimista “Lo que te perseguía no te alcanzará”, “Buscando la antigua gloria” (gran título, gran canción), “Destinado a la calle Berlín” y “Si pudieras nacer otra vez”.

El show fue simple, sin demasiado espectáculo ni mucho diálogo más allá de las canciones, que es lo que importa en definitiva. Es destacable además que algunos temas sean cantados en inglés, no por el hecho en sí (porque da igual si la canción es buena), sino porque los temas suenan mejor en ese idioma y las letras alcanzan otra musicalidad, es mucho más agradable al oído.

Y hablando de las letras, en inglés o en castellano, son lo suficientemente interesantes y emotivas que da igual en que idioma estén. La simpleza de los sentimientos. El amor, las cosas cotidianas, tristezas, melancolía simple y sin complejos, viajes espaciales y desconsuelo astronómico (es enorme su canción Mothership on the way, viaja hacia el cosmos).

Su show no dejó dudas, sólo sonrisas, una pequeña felicidad y la satisfacción de ver que un músico argentino puede ser musicalmente original y actual, combinando pasados y presentes musicales de este país, y demostrando una vez más (por si hacía falta) que se puede ser innovador y renovador sin necesidad de vestirse “lindo” o peinarse con muchas ganas.

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