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Cloud Nothings: huele a espíritu grunge

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En “Here and nowhere else”, los norteamericanos confirman ese pulso punk invencible en un álbum perfecto.

Cuando somos chicos queremos que los discos tengan quince temas y más de setenta minutos, y que los shows en vivo superen la épica duración de tres horas. Alcanzamos la madurez cuando nos damos cuenta que en esas instancias extensas sobran demasiadas cosas. Cloud Nothings entrega un álbum en ocho temas y 31 minutos de duración al que no le sobra nada, pero al que tampoco le hacen falta agregados.

Luego de dos álbumes discretos, los oriundos de Cleveland explotaron su potencial con “Attack on memory”. Producido por el maestro Steve Albini, quien, como es costumbre, extrajo el mejor sonido crudo y despiadado de la banda (escuchen al menos la apertura “No future/no past”), arribamos a este presente inmejorable, pero a la vez lleno de expectativas luego de un gran trabajo.

Si en los anteriores discos había algunos momentos de calma, pinceladas de psicodelia o al menos algunas melodías más limpias (sin irse del género en ningún momento), en “Here and nowhere else” no hay guitarra que no suene podrida (mucho efecto “fuzz”), ni batería que detenga su marcha.

“Now here in” abre el disco y para “Quieter today” (los desafío a resistirse a este estribillo) la voz de Dylan Baldi ya es una explosión de vehemencia sin freno: “I think I know you lie” comienza gritando como si su dolor proviniera de lo profundo de su estómago (la pasión es tal que podemos sentir destellos de eso que tan bien hacía Cobain). El comienzo de “Psychic trauma” nos engaña con una falsa calma que implosiona  en el estribillo. “Is it alright to end up this way? Life gets boring, it fades away”, canta Baldi en un álbum en donde predominan letras de indecisión y dolor.

Si para esta altura no están exhaustos súbanse a la línea de bajo de “Giving into seeing”, que alcanza su clímax al final del tema convergiendo con otro grito desaforado de Dylan. Similares sensaciones se pueden encontrar con la igualmente excitante “No thoughts”. Sin perder la urgencia se permiten un “cuelgue” en “Pattern Walks”, y sin bajarse de este tour de force de punk rock el cierre es con I’m not part of me”, un hit insuperable manteniendo la esencia de su sonido.

En la furia guitarrera, el ritmo sin respiro y las letras que buscan dejar el pasado atrás se construye un disco terapéutico, capaz de hacernos descargar toda angustia. “I’m learning how to be here and nowhere else” entonan en este último tema resumiendo parte de la esencia del álbum y clave de interpretación de gran parte del rock. Ni futuro ni pasado, sólo aquí y ahora.

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Redacción ElAcople.com

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