
RESEÑAS
¡Chinga tu madre, TACUBA!
Que CAFÉ TACUBA realice un show flojito, a esta altura de su carrera, puede llegar a ser impensable para cualquier ser racional que camina por este mundo y que tuvo, alguna vez, la posibilidad de verlos en vivo.¿Por qué esta afirmación tan extremista? Porque es ahí, arriba del escenario, cuando se manifiesta esa fantástica esencia que los hace ser el gran tsunami latinoamericano que arrastra y que pasa el trapo a más de uno con su musiquita que detiene el tiempo y con su actitud que encandila al más indiferente.
Es que tienen todas las fichas a su favor: hits con vida propia, esos que nacen una y otra vez en cada rincón del teatro en la voz del público que los pide a gritos (“paparupapa eo eeeeooooo”); un carisma i-ni-gua-laaa-ble, desde su cantante RUBÉN ALBARRAN, ese petiso con sombrero, ultra simpático e hiperquinético que cambia de nombre como de calzón (ahora se hace llamar IXXI XOO) hasta su más reciente incorporación, el batero LUIS LEDEZMA, cuyo perfil bajo fue muy difícil de mantener porque sinceramente también se to-có to-do.
Y que decir de sonido que los acompañó toda la noche, del swing que amasaron en sus mejores lentos (”El baile y el salón”, “Mediodía”, “Eres”, “Esa noche”), del juego de luces, de sombras. ¡¡¡Y de esos temas requetechingones que echan madre güeeeyyyyy!!! Como “La Ingrata”, “Las Flores”, “Cero y Uno”, “Eo” y “Alármala”. No sólo abrazaban la pasión de la gente sino también la idea de que el Teatro Gran Rex es muy lindo pero ”guarrrrrrda, a no moverse ni exaltarse de más porque no hay rodilla que aguante tanto butacazo ni diente desesperado que quiera ir a buscar un beso del suelo dos pisos más abajo”.
En la primera parte del show del sábado -duró dos horas cuarenta minutos-, predominaron los temas de su último disco “SINO”, lanzado a fines del año pasado y que los muestra más versátiles, guitarreros, electrónicos y un poco más alejados del folklore y rancheras mexicanas que había en sus trabajos anteriores.
A “Seguir siendo”, “El Outsider” “Volver a empezar”, “53100” se le sumaron “Trópico de Cáncer”, “El fin de la infancia”, “Chilanga Banda” y “Déjate Caer”, ese temón de LOS TRES que hace aparecer a GALLO-GASS y que pone a los cuatro TACUBA a danzar arriba del escenario con todo su sex appeal (bizarro) a flor de piel.
Con “Chica Banda” empezó la complacencia directa hacia el público y un puñado de chicas subieron al escenario para bailar y hacerle mosh a RUBEN, que reía y disfrutaba del toqueteo de la masa femenina como ellas con él. Lejos de la muchedumbre, MEME DEL REAL (teclados) y los hermanos JOSELO (guitarra) y QUIQUE RANCEL (bajo) se alzaban como jinetes de su propia tropa y no dejaban de brillar cada uno por su lado.
Le siguieron (elegidos, aplaudidos y coreados por el público) “El espacio”, “Oye Carlos”, “María” y “Las Persianas”.
“Espero que se hayan olvidado del hechizo del tiempo y hayan podido volver a nuestro estado original, cuando todo era música, pero todo lo que empieza tiene que terminar” dijo IXXI, y fue una de esas despedidas interminables y emocionantes: ellos no querían irse ni la gente los dejaba ir. Pero todo terminó con “Como te extraño” y con un Gran Rex sacudido sanamente por una de las mejores bandas de estos tiempos.
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