RESEÑAS

Cátedra de heavy metal

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Pasaron 19 años de aquel legendario concierto de Halley en 1992. Muchos lo recuerdan como un show único y emotivo. En 2006 estuvieron a punto de volver en compañía de Stratovarius pero suspendieron a último momento. Finalmente la banda británica estaba de regreso con un show que prometía muchos himnos de los ‘80.

Los extrañaban

El público que se acercó a Flores desde temprano pudo entretenerse con las bandas locales invitadas, que en esta ocasión fueron cinco. Tanto El Camión, Metal Anger, Spiritual (de Chaco), Mathrase Icaro intentaron dar lo mejor de sí, aunque el sonido no siempre los acompañó. Todas las propuestas fueron variando entre un hard rock y un heavy metal en sus diferentes matices.

Saxon fue uno de los pioneros de la movida New Wave of British Heavy Metal, y gracias a discos gloriosos como Wheels of Steel (1980), Strong Arm of the Law (1980) y Denim and Leather (1981) obtuvieron una gran popularidad en su país y en parte de Europa y Japón. Con este legado inalterable estaban a punto de reencontrarse con los fans argentinos después de tanto tiempo.

El inicio con “Hammer of the gods”, del último CD “Call to arms”, sirvió de precalentamiento, para luego enloquecer a los presentes con “Heavy metal thunder” y “Never Surrender”. El Teatro Flores estaba encendido.

Por lo general, los sonidistas suelen tomarse dos canciones para acomodar el audio. Sin embargo, aquí todo fue brillante desde el primer acorde con un sonido fuertísimo, demoledor y claro. El heavy metal se necesita escuchar de esta manera porque es así como nació y como mejor se lo disfruta, por eso a los espectadores se los veía tan emocionados.

Si a ello le sumamos temas inmortales como “Motorcycle man”, “And the bands played on”, “Dallas 1 PM” y “Rock ‘n’ roll gypsy”, la situación era la ideal; gente feliz, temas súper coreables, un audio perfecto. La espera había valido la pena.

Más allá de escuchar aquellos clásicos de los ’80, muchos querían observar la realidad de Byford, y sinceramente sorprendió hasta al más crítico. A sus 60 años mantiene la voz intacta, tal cual entonaba en sus años de gloria. Además se lo observó con mucha energía; saltando, yendo de un lado a otro, haciendo participar a la gente.

Con sus últimos tres discos The Inner Sanctum” (2007), Into the Labyrinth” (2009) y el reciente Call To Arms habían repuntado en la composición, con temas más logrados y gancheros. Sin lugar a dudas, estos se podían combinar con las viejas glorias. Por eso cuando pasaron “Back in ‘79”, “Demon Sweeney todd” o “When doomsday comes (hybrid theory)”, el público las recibió de buena forma, y hasta por momentos se animaron a cantarlas.

Quién toma el mando del show es el virtuoso violero Doug Scarratt, quién acompaña a la banda desde 1996. Es el encargado de los solos más complejos y de las poses metaleras clásicas. No estamos acostumbrados a solos de bajo, por eso cuando Nibbs Carter se largó con uno se le prestó su debida atención. Cumplió solamente.

El guitarrista rítmico Paul Quinn es el otro histórico junto a Byford. En el escenario toma un rol más secundario y sin tan exposición, aunque sus fans lo ponen en una ubicación central por la admiración que le tienen.

La parte final estuvo repleta de hits: “Crusader”, “747 (strangers in the night)”, “Strong arm of the law” y “Princess of the night” fueron cantadas por cada uno de los presentes, tanto por un metalero de 40 o por un adolescente que recién empieza a empaparse con este género.

Bandas como Saxon siempre enaltecen al eterno heavy metal. El martes dieron una hermosa muestra de su actualidad, y dejaron en claro que este es un estilo que nunca pasará de moda, y que esos himnos perdurarán por siempre. Vuelvan pronto.

Redacción ElAcople.com

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