RESEÑAS
CARMINA BURANA, a piña podrida

¿Dónde está mi banda?
Minimalismo White Stripes. Morocha en minifalda para la bata, rubio rockero en la guitarra: SUPERJELLY sale a escena. A falta de instrumentos, la banda sólo tuvo inconvenientes por ausencia de cables.
Letras muy punkies del estilo “déjame de joder / andá a laburar” y una distorsión impecable. El dúo incendió el primer tramo con buenos arreglos y una base pegadora que hacía juegos de equilibrio con baches y estruendos.
“Esto es National Rock”, se dijo cuando los supergelatinosos subieron a las tablas. Dicho y hecho, el público los degustó conforme.
La diablita ausente
En la segunda introducción el escenario estaba lleno. Vientos, percusión, teclado y todo lo que una banda de ska-reggae tiene. Todo menos la muchacha que acompaña siempre al cantante.
Los DULCES DIABLITOS empezaron con una pegajosa alusión a “Somewhere over the rainbow”, para continuar con temas como “Skabadabadoo” y “Washamara”.
Ritmos a lo monkey man y una princesa de pelo rosa que aparece en los confines del recital. Su voz coqueta muestra la esencia de la banda, ahora sí completa y endiabladamente divertida.
Después de “Kk vive”, los bises y un poco más de jaleo, los DULCES dejaron que la oscuridad rojiza vuelva y, con ella, las black stars de la noche.
Hechizo Goliardo
Alguien dice CARMINA BURANA. Querés saber qué significa, qué estilo es. No sé y no sé. Abrís la página y leés sobre la ópera de Carl Orff y la historia de los goliardos, poetas medievales anti statu quo. Muy bien… pero con eso, entonces, ¿¿¿qué estilo es???
Pasadas las tres de la mañana, el escenario del Salón Pueyrredón tiene un brillo uterino. Un hombre que pasa por indio patagón viste una pollera escocesa y un pañuelo oscuro de peluca. Afina y baila como una cobra maldita.
Ifayoywuana to kill my soul… vas a matar a la mi alma.
Los chicos, desde abajo, no saben si saltar o buscar algo para impedir la deshidratación de sus pupilas. Así es esta banda: base (BILLIE y PACHULI), viola (MANA), caños (TEE TEE BARDO, LEOPOLD y g-Poila) y una voz flagelada, que forman el ska-punk más bizarro de la escena local. Por momentos flasheando melodías de flamenco y heavy metal; a veces mezclando milonga, hardcore, chamamé y hip hop.
Densidad, fuerza y mixturas. Una noche de sudor frío y temas como “Out of time” de MANO NEGRA o “La hija del patrón”. Los brazos estallan agitados en la pista del antro: una emoción tribal y contagiosa que suma a la protesta social.
Forjada en la ira y a la medida de una banda de rock, la gente repite las letras: Hace años vengo viendo el panal de las abejas/ como todas las obreras alimentan a la reina (“Vasallo”). Ese espíritu en acordes es lo que rompió todo la noche del viernes. Armonías que acumulan a golpes todo el poder de un aullido potente y sanguíneo. Más que un estilo musical, un estilo de lucha…
Y los puñetazos resisten. Cuando las luces se apagan, el carmín BUARANA sigue forzando la herida de resabios sonoros.
1 Comentario
Tenés que estar logueado para escribir un comentario Iniciar sesión