SHOWS
¡Carajo, mierda!

Botellas de cerveza rotas por las cercanías, policías rodeando el lugar, crestas multicolores que se pasean por los puestos de patys. Sin duda estamos llegando a un concierto de punk rock, el único lugar donde el vip, los blackberrys y la gente vestida como para una salida por Palermo no han podido tomar. Hoy es noche de dos pesos históricos del género.
Primero Ratos de Porao . Si algo hay que reconocerle a los brasileros es que en materia de música extrema siempre estuvieron adelantados. Mientras acá recién aparecían Los Violadores y V8, Ratos de Porao y Sepultura ya habían llevado la música extrema un paso más allá. Siguiendo con los festejos por los 30 años de carrera y sin disco nuevo que presentar, la banda se despacha con una hora de recorrida por su carrera. Joao Gordo está lejos de tener la actitud agresiva del hardcore: sonríe y baila como si estuviera sambando. El ADN carioca no se puede negar. Temas como “Beber ate morrer” se mezclan con covers como “Commando” de los Ramones y hacen que la gente vuele por todos lados. De nuevo lo esperable: durante el show de Ratos mucha gente logró entrar a la fuerza y muchos quedaron luchando con la barra de Argentinos Juniors. La historia de siempre…
Evaristo es el Johnny Rotten de la música hispanoamericana, desde su ideología hasta en los movimientos arriba del escenario. Genera amores y odio por igual, pero nunca pasará desapercibido. Gatillazo funciona como continuación de su trabajo con La Polla Records: canciones anti sistema que escupen sangre y mierda. El tipo es elocuente con lo que canta desde el comienzo, y es tan despreocupado como su público. Ya sea saliva suya o ajena, él la usa como gel para pelo. Y si los escupitajos de la gente no le llegan a sus músicos, él se encarga de hacerles llegar alguno, aunque sea.
Las canciones tanto de Gatillazo como de La Polla suenan muchas más violentas. Evaristo escupe ese odio que tiene desde joven. Los años no vienen solos, y se nota que ha bajado un poco los decibeles. Dos horas de show con cincuenta canciones no es algo para hacer mientras te bajás un par de botellas de vino. De todas formas siempre hay espacio para un traguito de algún licor.
Las canciones de Gatillazo generan buena respuesta. La banda suena ajustada y las melodías siempre van al frente. “Guerra Social”, “África” y “Número 1 en USA” son cantadas con fervor. Pero es cuando suenan las viejas canciones de La Polla que el estadio se cae abajo. ¡Si hasta la platea se levanta para esos momentos! “Txus”, “Lucky men for you”, “Delincuencia”, “Carne pa’ la picadora”, “Vamos entrando”, “Odio a los partidos”, “Congreso de Ratones” (con dedicatoria a la presidenta Cristina Fernández), “No somos nada” y “Salve” son las escogidas. Lo acertado es no repetir las canciones que sonaron en su visita de hace dos años. Evaristo no es reticente a darle la gente las canciones que los hacen felices. De todas maneras “Ellos dicen mierda”, el gran canto de batalla, sigue sin aparecer en la lista. Desde el público, pasando por asistentes de la banda hasta Joao Gordo, todos se suman al micrófono al sonar un tema de La Polla.
Dos horas sin parar que pasan volando. Evaristo desaparece así como vino. Tira el micrófono, agarra su botella y se va. Que los fans no se preocupen que hay Evaristo para rato.
1 Comentario
Tenés que estar logueado para escribir un comentario Iniciar sesión