SHOWS
Camino oficial

Durante sus pasos por V8, Rata Blanca y Nativo, Gustavo Rowek dejó su legado. Y ahora, con el proyecto más personal de su carrera trata de transmitir su vasta experiencia. En poco más de un año delineó un combo poderoso y moderno, donde se notan reminiscencias de cada uno de sus ex grupos. Este show era una manera de darle un marco señorial a todo este trabajo, con el lanzamiento de su disco debut “Grita” como la frutilla del postre.
Recién salido del horno
Después que Caballo de Hierro y Vórtice amenizaran la previa, era el turno de Rowek. Con una convocatoria reducida, probablemente afectada por la presentación de Rata Blanca en el Auditorio Oeste, la banda salió a escena pasada las 21. Tanto los espectadores presentes como los propios músicos se vieron tocados por este ambiente poco afectuoso. Las iniciales “El banquete” y “Sistema perverso” lo sufrieron.
Esta situación empezaría a revertirse a partir de “Falsos profetas”, cuando el grupo tomó el control total del escenario, especialmente gracias al tándem Rowek-Sergio Berdichevsky (guitarra). El sonido los acompañó de movida, situación que ayudó a generar una calidez inexistente hasta ese momento.
Para Gustavo, Sergio es su hermano y su compañero de ruta (estuvieron juntos en Rata Blanca y Nativo). Sabe que puede contar con él para lo que sea, y eso le genera seguridad. A su vez al violero se lo ve cómodo en su rol secundario, aunque Rowek siempre lo trate de posicionar a la par.
Si bien hay un sonido renovado, se percibe a primera oída el pasado musical de Rowek. Se pueden escuchar medios tiempos aguerridos como “El banquete” y “Falsos profetas”, o más veloces y trasheras como “Sistema perverso” y “Suicida”. También hay algo más power rock como “Aquí en mi cuerpo”.
Toda esa adrenalina está perfectamente ejecutada por un conjunto hiper profesional, que no deja nada librado al azar. Completan la formación un viejo conocido de Nativo, Ezequiel Palleiro en bajo, y los jóvenes Nicolás Vicente en voz y Guillermo Piazzo en 2º guitarra). Los tres aportan su sello y le dan los ingredientes faltantes al combo.
De Rata Blanca hubo dos canciones de etapas diferentes. Primero pasó “Cuarto poder”, del EP “El libro oculto”, de 1993, que caminó en la intrascendencia. Después llegó un clásico como “Ángeles de acero”, del premiado “Guerreros del arco iris”, de 1993, en donde la masa tomó un protagonismo mayor.
Vicente es un buen vocalista que se preocupa por entonar con precisión y de arengar a su gente. Por momentos canta agudo, por otros de forma más sanguinaria. No deslumbra, pero cumple con todos los requisitos de un buen cantante de heavy metal. Va a crecer por el esfuerzo que demuestra.
Las melodías de V8 causaron la mayor algarabía en los presentes. “Cautivos de un sistema” sorprendió por la crudeza, “Muy cansado estoy” por la interpretación y “Destrucción” por el sentimiento. El público coreó las versiones y provocó los únicos bailes furiosos de la noche.
“Lo laburamos con poco tiempo pero con muchas ganas”, comentó Vicente
Tenés que estar logueado para escribir un comentario Iniciar sesión