CALLEJEROS copó Córdoba

Pegajosas tonaditas de “vagos” y “culeaos” cordobesas, se camuflaban entre mendocinos, tucumanos, porteños y muchos otros rincones del país, que daban el presente con su bandera estampada en las altas paredes de La Vieja Usina.

Se escucha la voz de PATO tarareando “…no olvidar, siempre resistir…”, activando el estado de alerta. Se apagan las luces y en las pantallas se proyecta un historial entre imágenes del arte de “Rocanroles sin destino”, que decora el fondo de escenario también como escenografía.

Tras un “¡¡Buenas noches a todos!!” suena “Distinto” y pegadito “Un lugar perfecto” intercalando líneas de PATO con la respuesta del saxo de JUANCHO, las columnas vertebrales de la última producción.

Llega “Tratando de olvidar” -un tema compuesto por ELIO- al compás de melodías sesentonas, rematadas por “El nudo”, que se canta a puño cerrado entre las banderas que rozan el escenario tras “Sé que no sé”.

“Ahora que jugamos nosotros”

“¡¡¡Buenas noches Córdoba!!! Hace un calorazo terrible acá. ¿Será la presión? Presión es lo que nos hace llenar un lugar así”, reflexiona PATO antes de “Una nueva noche fría”, el hit de “Presión” que se desparramó por tantos rincones gracias a su difusión.

El bandoneón en escena aclimata el respiro entre dulces riffs de ELIO para “Tan perfecto que asusta”, se sostiene para aplastar el tanguito “Fantasía y realidad”, que se sumerge bajo el sonido de las cañitas voladoras y la voz de la gente.

En una versión tanguera suena “Rompiendo espejos”, que se sintoniza en el rock con la llegada de las bengalas de “Sonando”. Vuelan cuerpos mojados entre las melodías cuasi punk de “La llave”. La llegada de “Todo eso” nos permite respirar nuevamente.

Entre globos, bengalas, petardos y círculos murgueros al ritmo de la percusión aparece “Callejero de Boedo”, seguido de “Cristal”, donde el escenario se hace invisible en el humo.

Los músicos se retiran del escenario para proyectarse en el video de “Imposible”. Reaparece PATO flameando una bandera de lado a lado, tentando al resto a hacer “Sed”: “¡Quiero que canten conmigo!”.

Prenden estrellitas reflejando los dulces acordes de “Ojalá se los lleve”, que se pierden entre los petardos del estribillo. “¡¿Cómo carajo hicieron para no cansarse ya?!” grita el frontman, mientras despliegan una bandera a sus pies entre los solos rocanroleros de ELIO en “Si me cansé”.

Suena “Jugando” seguido de “Tres”, para que tras el grito de “¡y que se pudra todo!”, se empapen en el pogo de la velocidad del final de “Presión”.

“Se nos fue la noche así, ya se nos terminó. Yo me quedo sentado porque ya no puedo ni caminar ¿cómo dice DELGADO?” indaga FONTANET, para dejarlo a ELIO al mando, empujando las voces con su punteo en “Y no volvieron”.

Las tumbadoras se apoderan de “Morir” y “Armar de nuevo”, mientras ELIO los incentiva con un viejo riff en “Los invisibles”. Canta a capella con el público en “Rocanroles sin destino”, remitiéndose a la relación con los medios desde su letra: “Metimos más de 10.000 personas en las dos noches, vamos a volver a Córdoba pronto, el 15 de Enero en Mina Clavero”.

“¡¡Vamos todos los Viciosos, jugadores y mujeriegos, ándale ándale, ándale!!” dice PATO, cantando sobre el video del tema. “Vino un sordo el otro día y dijo no escucho y sigo…”, anticipando el estribo de “Prohibido” para la gente.

“¿Con qué nos vamos? Miren que es la última”. Las luces relámpago esconden la despedida tras “Imposible”, enloqueciendo a las bengalas y banderas desde el galope de la bata de EDU y el saxo de JUANCHO, que dejan a PATO agradeciendo una vez más: “¡Chau Córdoba! ¡Buenas noches! Intenten ser felices!”

Llenaron dos noches en Vieja Usina. Por un lado gracias y desde la gente y la trayectoria; por el otro desde la difusión en los medios. Las riñas con éstos son parte del desborde explícito en las letras de este nuevo disco, haciéndolos parte, no solo del mensaje que vienen trasmitiendo desde hace un tiempo, sino también de un nuevo tallo, de una nueva flor, que podría estar poniendo en juego su perfume.