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Cabezones: sensaciones en vivo

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El viernes, la banda de César Andino ofreció un emotivo show previo a una pausa indefinida en las actividades debido a la seria operación a la que se someterá el cantante.

Ni en los momentos más especiales o importantes de su carrera Cabezones perdió esas actitudes del hardcore que los vio nacer allá en los 90`s. A mitad del show, César Andino se dirigió con su muleta y micrófono hacia abajo del escenario, abriéndose paso entre el público, todo en un clima de sumo respeto; allí se sintió el calor energizante de la audiencia y junto a ellos se interpretó “Persiana Americana”, cover de Soda Stereo.

“Está bueno acá abajo”, proclamó Andino contagiándole las ganas al guitarrista Eugenio Jauchen, que se sumó entre el público para hacer “Mi pequeña infinidad”, dedicada a su hija recién nacida. Fue la última desde el suelo del Roxy de Palermo antes de que ya no queden músicos arriba del escenario, y eso que todavía quedaba medio hora de recital.

La cita de Cabezones fue muy especial por importantes razones. La principal es la seria operación a la que se someterá Andino para terminar de recuperarse del accidente que sufrió con el bajista de Catupecu Machu, Gabriel Ruiz Díaz, hace 8 años. Por eso se hará una pausa en las actividades de la banda hasta nuevo aviso. Y así es que se decidió grabar y filmar esta presentación, para congelar el momento con esta formación y con un par de invitados.

El set list tuvo un gran repaso de toda su discografía, haciendo hincapié en “Alas” (2002) y “Eclipse” (2003). Así sonaron canciones como “Abismo”, “Despegar”, “Ojos en mi espalda” y el otro clásico de Soda que casi hicieron suyo: “Sueles dejarme solo”. De esta forma se iban mezclando lo melancólico y lo agresivo a la vez, con momentos instrumentales realmente intensos.

Una carga emotiva se sintió en toda la noche. César se mostró muy agradecido a los fans por los años de acompañamiento. Es más, Damián Gómez (batería) hizo un alto a mitad del show y dedicó bellas palabras a Andino y a quienes le dieron la oportunidad de ser parte del proyecto.

Hora y media de concierto era demasiado poco para compensar la carrera de la agrupación. “Pasajero en extinción” cerró la épica velada y para su final Andino se quedó cantando a capella junto al público, sosteniéndoles la mano y sin querer irse. Con el telón cerrado y las luces prendidas la gente pedía con aplausos y gritos una más, pero no hubo respuesta.

Sin un tiempo confirmado de vuelta, ahora Cabezones tiene un duro desafío por delante. Será cuestión de paciencia, de velar por la evolución favorable del cantante, y que pronto se pueda atender a ese reclamo de un tema más.

*Fotos por Fernando Fernández

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Redacción ElAcople.com

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