RESEÑAS

Beats prodigiosos

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Bien temprano, en la calurosa tarde se dio por comenzada la quinta edición del Pepsi Music con la particularidad de presentar tres escenarios. Los dos principales enfrentados como arcos de fútbol (aquí no se superponen las presentaciones) y un tercero más alejado, que se lo ubicará como la “isla”, justamente por estar rodeado de los pequeños lagos artificiales del Club Ciudad. Este último espacio, reservado para el under (y no tanto), tomó la posta en el inicio a las tres de la tarde. El viernes laborable hizo muy difícil que las primeras bandas de la tarde tuvieran una buena cantidad de público. 

Ya en los escenarios principales se presentaron The Draytones, banda revelación inglesa que cuenta con un argentino entre sus filas. Con mucha influencia de los Kinks y los Who, presentaron temas de su primer disco “Up in my head”. Y para los que se quedaron con ganas de más, el 28 del corriente estarán en La Trastienda. 

Luego fue el turno de dos bandas en ascenso que se ganaron su lugar en la grilla principal. Ojas, con dos EP’s y dos discos como respaldo, mostró diversidad instrumental y un toque electrónico sin escaparse del rock. Y Banda de turistasrecorrió temas del disco revelación en 2008 (“Mágico corazón radiofónico”) y de su nueva producción, “El retorno”. 

Ya entrando en la tarde, el público comenzaba a fluir por el Club Ciudad, que además contaba con varios puestos de entretenimiento de cada uno de los sponsors. Llegó el turno de los 7 delfines, que con aires renovados por “Carnaval de fantasmas” (luego de siete años de silencio discográfico) realizó un set correcto, que cerró con “Tuyo” y “Murciélago Blanco”, del mencionado álbum. 

Mientras tanto, en “la isla” Rosal arrojaba delicadeza folk con suaves percusiones y guitarras acústicas. Se pudo escuchar “Canción para el que llora”, de su último disco, “La casa de la noche”

La puntualidad fue una de las buenas notas del día. Y exactamente a las 19:30, Los Natas irrumpían en escena. Nutriéndose del más puro metal y de densas capas de distorsión tocaron “Planeta solitario” y antes de “Las Campanadas”, Sergio Ch. saludó: “Bienvenidos al festival, un aplauso para todos los que participan hoy”.

Siguieron con Nuevo orden de la libertad, tema que da nombre a su más reciente producción, y “Humo negro del vaticano”ya sobre el final. El cierre fue con un cover y “El Topo” Armetta (ex Massacre) de invitado, haciéndose cargo de la voz. 

La duración de los sets, apenas cincuenta minutos de promedio, trajeron presentaciones algo más frías. Y si bien a esta altura la cantidad de público era considerable, más que fanáticos de cada banda el grueso de la gente parecía ser un rejunte de curiosos que esperaban por el show principal.  

Los dos escenarios principales intercambiaban presentaciones sin respiro. Inmediatamente después de Los Natas apareció en escena Loquillo. El veterano español mostró una buena voz a prueba del paso del tiempo; inició su repertorio con “Rock and roll actitud”dejando en el claro el sendero que recorrería el show.

De imponente presencia (alto y de impecable traje y camisa negra), Loquillo contagió a un buen número de personas. Intercaló rock con algunos mid-tempos como “El hijo de nadie” o “Cruzando el paraíso”. La excusa de la visita es la presentación del doble cd “30 aniversario” (también lo hará hoy lunes en La Trastienda). 

Secundado por una banda sólida y precisa en la materia rock and roll básico siguió la noche con Memoria de jóvenes airadosy “Las chicas del Roxy” para despedirse con “Ritmo de garage”. 

Una introducción de música electrónica, que se extendió por varios minutos, comenzó a sonar a través de los parlantes y el público comenzó a juntarse en el escenario opuesto donde The Prodigy cerraría la velada.

“Motherfuking Buenos Aires”, saludó Keith Flint, segunda voz de la banda, quien se haría cargo del primer tema: “World’s on fire”, de su último disco “Invaders must die”. Inmediatamente el campo se convirtió en una pista de baile. 

Para la segunda canción, “Breathe”, ya sería Maxim quien tomaría la voz principal ganándose también el papel de frontman. Él fue el encargado de arengar al público y de mantener el contacto bien cerca, por momentos rozando la demagogia.

Al mismo tiempo en un escenario no tan lejano, Pánico Ramírez agradecía a los pocos presentes ironizando: “a todos los que están acá entradas gratis de por vida”, luego de “Guillotiname”y antes de finalizar con “Mi caramelo no”. Verdadero “pop para divertirse”, como diría Micky Vainilla. 

Volviendo al escenario principal, The Prodigy continuaba disparando beats de techno-punk con más temas de su última producción: “Omen” y“Warriors dance”. Mientras tanto la gente no paraba de bailar y hast

Redacción ElAcople.com

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