RESEÑAS
BAMBU en Ruca Chalten

Viernes por la noche, el calor azota Buenos Aires. Me dirijo a ver a BAMBU sin más referencia que dos temas –”Lejos” y ”La ranita”– que bajé de su página web. Dos temas que sabían a poco y me enfrentaban a la dificultad de no poder satisfacer esa obstinada necesidad de encontrar una adecuada etiqueta para toda música.
Los temas tienen algo de reggae , eso fue fácil advertirlo. Supuse por tanto que me encontraría con cinco flacos con rastas e infaltables remeras estampadas con leyendas sobre las virtudes de la Yerba Milagrosa y su patrono, San Marley. Pues bien, me equivoqué.
Es un lugar común hablar de eclecticismo, refiriendo al cruce de disímiles géneros musicales. No obstante, parece ser la palabra que mejor define a la música de BAMBU, quienes ofrecen un continuo vaivén y llegan a dejar entrever en un mismo tema (”Empezar”) reminiscencias de crudo grunge y una suerte de ska-metal.
Del mismo modo, “Lejos” muestra por momentos guiños al rock progresivo y coquetea con el más jamaiquino de los reggaes. Hay lugar también para un tema como “Pensar” que comienza de manera intimista y repentinamente revienta a fuerza de percusión. “Un poco más” nos ofrece una contundente descripción de los tiempos que corren: ”Porque todos ya sabemos / que este mundo está jodido / que nos toca ser iguales / y al mismo tiempo distintos”.
Algo despierta curiosidad. El público baila con entusiasmo las frases desoladoras presentes en casi todos los temas. Imperceptibles susurros devienen en gritos desenfrenados de un cantante que en ”La cerradura” pide a toda voz: ”Curame del mundo pero antes matame”. Desazón que da lugar a la fiesta.
¿BOB MARLEY en su versión existencialista? ¿skapolípticos? Una sonrisa un poco enfermiza pero sonrisa al fin.
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