RESEÑAS
Bajo esta luz

De nuevo viernes, de nuevo abril, de nuevo el frío que se escurre por entre las paredes de Cemento rogando unas gotas de calor humano.
INMADUROS DEL CARAJO amontona los primeros cuerpos alrededor de una bengala con temas como “Divina TV Führer” de PATRICIO REY Y SUS REDONDITOS DE RICOTA, “Genius” y “Marado” de LOS PIOJOS, donde invitan a ESTADO VEGETAL para compartir el homenaje.
ESTADO VEGETAL vuelve a subir a los pocos minutos, con un repaso de los más clásicos, como “El Antro”, ”Maldito rocanrol” y “La Tía Cartón”, entre otros. Entre petardos, bengalas y covers como “El ojo blindado” de SUMO y “Shine” de LAS PELOTAS, hicieron valer la espera, con un despliegue de sonido mucho más limpio que de costumbre, que se proyectará en su nuevo disco ”Bienvenidos al circo”, con salida prevista para mayo.
Reflejo de las raíces
Música árabe, Cemento a la luz de velas; un grupo de odaliscas desconcierta a la gente engatusando a la intriga y a los hombres desde el escenario, que como un imán resultan atraídos a las vallas, babeándose.
Se apagan las velas y se encienden las bengalas, que darían a luz al tema que inaugura el disco recién nacido de EL BORDO. “A mi favor”, sin dar respiro alguno, como dejando correr el disco, se fusiona a “Quiero ver”.
Sosteniendo el último acorde, ALE KURZ (voz y guitarra) apunta el mango de su viola al público calentándolo, para dejar que sea LEO quien reciba a “Arriba con mi corazón” con su armónica (la cual a pesar del sonido limpio y parejo que sostuvo la banda a lo largo del recital, se mantuvo en un volumen superior).
“No esperábamos que el primer Cemento fuera una fiesta así, la verdad los queremos muchísimo ¡Muchas gracias!”, dice ALE iluminado por dos bengalas que bailan acompañando a “Donde voy”, mientras extraños personajes deambulan por el escenario.
Un juego de saxo y trompeta los invita a saborear aquellos pogos del ya viejo Marquee, con “Soy Inmortal”.
“De nada” desemboca en “No tan distintos”, entre pelotas inflables que vuelan al escenario atravesando las cabezas de los jinetes.
“Esta historia habla de un desengaño amoroso” anticipa el cantante, para hacer “Con el cuerpo a la mitad” –el balsecito de ”Un grito en el viento”– e invita a GABO de MOTOR LOCO al teclado, el cual estuvo al mando de PABLO (bajo) durante la grabación del disco.
“Aquella nochecita” confunde las caras, entre las luces relámpago de un pogo que toma un receso en un puente de jazz, atrayendo nuevamente a GABO, empañado por una bengala de humo que esconde sobre una nube roja a “Mal trago”.
Un cono de luz amarilla sobre la oscuridad del escenario vacío envuelve a ALE, quien con una electroacústica sale a cantar a capella con su público -entre nostálgicos arpegios- el track escondido de la nueva producción: “Apagado”.
Suena “Escupiendo verdades”, mientras un malabarista “escupe” fuego sobre las cabezas, donde las verdades queman. “Vamos a gritar todos juntos” se escucha, anticipando “El grito”, mientras MIGUEL baja a todos a tierra con un solo de bata.
“Me da igual” -la chacarera del disco- trae al escenario al NEGRO PUGA con su bombo y su poncho, para hacer saltar a la gente. Con el saxo deslizándose sobre el acordeón, suenan los acordes de “Libertango”, que resbalan sobre “Te devoran” en un rock.
El recital no necesitó de patovas para mantener toda esa energía controlada; el tiempo creó el respeto, donde la gente agitó trepada a las vallas sin subirse al escenario (no como en otras épocas) o donde situaciones como el robo de una billetera, fueron resueltas por el público mismo.
“No puedo entender tanta magia y no estar en el cielo” gritaba una nueva bandera, haciéndole eco a “Volando”, tema que hace referencia a los recitales, donde se reabsorbe la transpiración en un juego de solos entre los hermanos KURZ, afirmando la bienvenida a DIEGO en la primera viola.
Vuelve GABO al escenario conquistado por “Matanga”, que derrama pirotecnia por sobre el pogo, que se recupera con “Volviendo al sol”, otro tema nuevo con acordes más poperos pero con un paquete de solos que encaminan el vuelo rockero, del que nunca se despega la banda.
Una bengala interrumpe el clima, en busca de más calor. Una sirena de patrullero carga con la batucada de la Policía Federal Argentina: 4 bombos vestidos de canas, con anteojos y silbatos, detrás de la línea de los músicos -esa frontera entre la autoridad y el rock-, desatan escalas de despegue del saxo (SEBASTIAN) bajo las luces relámpago, siguiendo la tensión de la letra que se sintetiza con ALE corriendo por el escenario con su viola, escapando del “policía”, quien va detrás con su silbato.
“El traicionero” mantiene la euforia que desata la percusión, con ALE parado sobre la base de la bata, por encima de los petardos, bengalas y banderas de “De vuelta al juego”.
Bastó decir “vine tambalenado…” para que “Los perdidos” griten su leyenda desplegando una bandera de jinete a jinete. “ No los veo, ¡acérquense!, ¡Que no quede nadie parado!, ¡No quiero ni un pie en el suelo!”. Un final que respondió a la consigna de ALE, sin ningún talón rozando el piso.
“Un primer Cemento es como el momento cumbre, por eso tanta satisfacción. Quizá en el under a lo que uno más apuesta el día en que arrancas es a hacer un Cemento, es un escalón re copado; significa que todo el esfuerzo sirvió para algo. Somos un grupo de amigos, y eso hoy el que está abajo se da cuenta, todo fue muy bien recibido, todo gustó mucho y eso deja correr esa energía tremenda y arma esa relación de respeto” dice ALE KURZ
Refugiarse en el esfuerzo, en la confianza y sobre todo en la música, dejó un recital potente, profesional y conquistador, haciendo de la vuelta de EL BORDO, una nueva espera que fortalecerá los talones desgastados, permitiéndoles subir esta larga escalera del under, de la cual ya dejaron su huella en el primer piso.
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