Bajo amenaza

Tiempo atrás, Phillip Sparks acusó a Sheryl Crow de ingresar a su casa y robarle dinero, y la amenazó a través de diversas redes sociales de que le pegaría un tiro en la cabeza en venganza, apenas se la cruzara. Asimismo, el estadounidense usó de intermediario a un periodista para hacerle saber a la cantante de su advertencia.

Preocupada, Crow pidió seguridad a la justicia y, en efecto, consiguió que Sparks tenga una orden de alejamiento de ella no pudiendo estar a menos de 90 metros de su persona ni de la de sus familiares directos. Más aún, el martes 14 del corriente un tribunal de Santa Mónica (Los Ángeles, Estados Unidos) determinará si la medida pautada para 2012 se amplía a tres años de duración.

Por nuestra parte, desde la redacción de El Acople nos preguntamos: si Phillip realmente tiene la norteamericana necesidad de disparar su arma, por qué no elige algún otro objetivo. Por ejemplo, un plato o una lata. Pero con Sheryl no, señor.