Arriba los barriletes

Barrileteando por Palermo Hollywood

Que el domingo es el peor día de la semana, no hay dudas (aunque el lunes le pelea el puesto). La gira del fin de semana a veces agota y bancarse un recital un domingo no es tarea fácil. Pero un show de SANCAMALEON merece el sacrificio. Más aún para los barriletes (dícese de aquellas personas que andan por la vida yirando en busca de alguna satisfacción o sólo por el placer de sentirse vivos, como empujados por el viento o movidos por inercia, casi en las nubes pero sin dejar de estar unidos a la tierra), quienes no dejan pasar una oportunidad para pasarla bien. Qué mejor opción para arrancar la semana con todo que ir a ver a una buena banda en vivo. Y cuánto más si se trata de dos buenas bandas, tal como es el caso. Además, todos somos un poco barriletes…

Eran las nueve de la noche cuando un viento suave comenzó a soplar, y los barriletes nos fuimos amontonando en la puerta de Niceto. Al rato AZTECAS TUPRO salió al escenario para comenzar a agitar a los presentes, quienes lentamente empezaron a aflojar el hilo y se movían suavemente al ritmo de unos lindos ska-reggaes.

Entre los temas que sonaron no puedo dejar de nombrar a uno en especial, casi un himno para los que estábamos en el lugar: “Barriletes”. Y antes de él, la introducción por parte del cantante, quien anunció entre risas que “todos somos un poco barriletes”. Y sí, yo ya lo había dicho…

Durante aproximadamente una hora (tiempo que duró su presentación) la banda logró cautivar a todos a fuerza de una combinación de reggae y ska con algunos ritmos latinos y un toque de cumbia. Me había llegado el comentario de que la banda era muy buena, y lo pude comprobar. Realmente suenan bien, tienen power, lindas canciones, son buenos músicos y tienen un cantante por demás arengador. Ojo con esta banda que se las trae.

Arriba, a remontar vuelo

A eso de las once de la noche los músicos de SANCAMALEON salieron a escena, y el público, medio adormecido por la espera, se despertó de golpe. Empezaron a sonar los primeros acordes de “Si te vas” y nadie pensó en irse, por supuesto. Todos estaban ya pegados al escenario, mirando, cantando, saltando. FEDE (voz) vestido todo de negro, con una pollera larga y ajustada, sombrerito, y bastón en mano cantaba, gesticulaba, actuaba, bailaba, provocaba. ¡Y qué bien le salía! Inmediatamente le pegaron “Arriba” y ahí sí que los barriletes remontaron vuelo. Una masa compacta de personas saltaba al unísono, casi con furia, como queriéndose liberar de los hilos con que estaban –están- amarrados a lo terrenal. Luego “El camino”,“La venganza de la Pachamama” y “Un día de estos llevarían los cuerpos al extremo de la euforia, una euforia que continuaría durante toda la noche.

Solo en algunos momentos un manto de calma se desplegó sobre cuerpos y almas presentes, que lejos de caer en picada se siguieron elevando al son de dulces melodías. Un vuelo tranquilo, como arrastrado por una leve brisa primaveral, se sintió con “Hiper-furgón”, “Carne”, “Mi chica peruana” y un cover de LOS VISITANTES en la voz de FEDE y su acústica. También hubo tiempos de baile, y los barriletes fuimos movidos por “El miedo” a quedarnos quietos, a no poder liberarnos de la mente, soplados por ritmos alegres de un “Sambódromo”, empujados por “La patada” que hace despegar, y finalmente nos dejamos llevar por los vientos de “El Norte”.

El show terminó como empezó, bien arriba. “Abrí tu boca” fue el tema de despedida, y el “más fuerte gritás, más liviano vas a andar” se hizo carne en los barriletes: de tanto gritar (y saltar) nos volvimos tan livianos que salimos como flotando, volando bajito hacia nuestros destinos.

SANCAMALEON tiene esa adorable capacidad de hacerte despegar, volar y sentirte libre, sin dejar de tener los pies sobre la tierra. A veces te eleva suavemente, en ocasiones te sacude fuerte en el aire, y en otros momentos te hace mover alegremente. Sin miedo a exagerar puedo decir que SANCA es, hoy en día, una de las mejores bandas de nuestro país.