RESEÑAS

Arrancó el maratón

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La BERSUIT está en el pico de popularidad de su extensa carrera y eso se nota mirando la cantidad de chicos y chicas apuntalados en las populares, plateas, y el campo del estadio. Algunos acompañados de sus padres y otros en grandes grupos de preadolescentes, nos sugieren que es la primera vez que se acercan a ver al grupo de los pijamas y se les nota la excitación a la distancia al apagarse las luces por completo en el comienzo del show.

Nuevo, todo nuevo

La presentación del disco era la consigna y así lo hicieron saber desde un principio, despachándose con seis temas nuevos sin dar respiro. Así fue como los scratches de “La soledad” sonaron ante el aplauso del público. Resulta paradójico porque todavía se recuerdan los insoportables chiflidos de la masa bersuitera a CATUPECU MACHU en el Quilmes Rock por el uso de máquinas y samplers. Suena entendible sabiendo la devoción por CORDERA y compañía: todo lo que hagan y digan será aplaudido por sus fieles.

Hubo milonga y candombe del Río de la Plata con “El baile de la gambeta”, y cumbia (de la pura!) con “Va por Chapultepec”. El primer gran estallido se dio con “Perro amor explota” y “Espíritu en esta selva”, los dos primeros “viejos” de la lista.
Siguieron con la desgarradora “La calavera”, que tuvo un hermoso violín a cargo de JAVIER CASALLA.

Corito de ángeles

“La hicimos nada más que hace 22 años. Quedó fea hasta que la hicimos con vos, así que sin vos no la podemos hacer” le decía CORDERA a la gente para darle paso a “Mi caramelo”. Arrancó este hitazo y el coro femenino (al menos la mitad de los presentes) se hizo escuchar fuertemente hasta adueñarse de la canción por completo.

La noche transcurría, y con unas fuertes imágenes en pantalla de las inundaciones sufridas a principios de 2003 por el pueblo santafecino pasó “Otra sudestada”. Minutos después el tanguero JUAN SUBIRA se sacó las ganas escupiendo los versos de “Tortazos”, un tango que grabó CARLOS GARDEL hace nada menos que 74 años. “EL NEGRO” de LA MANCHA DE ROLANDO, también en pijamas, fue el invitado para hacer “Es importante”, donde el PELADO pidió que regrese una larga lista de cosas entre las que incluyó a “las conchas, los culos, y el carnaval”. Luego de un lindo baile generalizado, el guitarrista TITO VERENZUELA se adueñó del micrófono para hacer un tema de su autoría intitulado “Ades tiempo”.

Final al palo!

Llegando el final la adrenalina estaba latente y la gente quería seguir saltando y bailando. BERSUIT tiene la receta para convertir toda noche porteña en un verdadero carnaval, está clarísimo, y con la ya típica mezcla “Tuyu-Iambo iombo”, la cumbia rockera “Yo tomo”, la cachaca de “El viejo de arriba” y el agite cuartetero de “La bolsa”, dejaron en claro que no fallan en su reiterada fórmula y que le dan a su público lo que éste les pide.

Antes del cierre definitivo llegó el tema que da titulo al nuevo disco –“La argentinidad al palo”-, que al igual que su video dirigido por el periodista JORGE LANATA, (presente a un costado del escenario) muestra, incurriendo en la obviedad, los logros y las fanfarroneadas del argentino, pasando por una lista interminable de lugares comunes en donde no faltan las menciones a personajes nefastos de la politiquería de nuestro país. Sorprendió el “Argentina, Argentina” de la gente, ya que luego de semejante autocrítica dan más ganas de esconder la cabeza debajo de la tierra que de enorgullecernos de nuestra propia mierda.

Luego de una noche agitada donde hicieron más de 25 temas, se despidieron con una nueva canción que cierra el disco doble y que tiene futuro de clásico final para los próximos recitales, llamada “El viento trae una copla”.

BERSUIT no cambia, sigue proponiendo lo mismo porque le trae resultados. Ya agotaron siete LUNA PARK y van por más. Renovaron una parte enorme de su público, ya no están todos los psicópatas itinerantes del pasado, al parecer quedaron ocho arriba del escenario y un par abajo. Ya no es un acto de rebeldía ir a verlos, más bien es solo un atractivo pasajero. Sí son un carnaval, también una fiesta popular, pero la masividad hizo que sus shows ya no reúnan una manera de sentir y de vivir la vida como sí lo hacían años atrás. Difícil es mantenerse puro en sus conceptos e ideales cuando se llega tan arriba. La búsqueda del hit ya es moneda corriente para todos y el planteo de hasta donde llegar es interminable. Garantizando la fiesta les va bien, y al parecer con eso les alcanza y les sobra.

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