Anthrax lo hizo

La banda liderada por Scott Ian volvió a enamorar a los fanáticos con una actitud súper juvenil y un repertorio basado en el clásico “Among the living”, el sábado y domingo en el Teatro Flores. No fue el caso de otra leyenda del trash estadounidense como Testament, que decepcionó al igual que en los conciertos de 2011.

Desde hace algunos años el trash metal retornó a las grandes ligas, ayudados especialmente por el “Big Four”, un festival que une a las cuatro bandas más grandes del género: Metallica, Slayer, Megadeth y Anthrax. Durante este año las cuatro agrupaciones nos visitarán, aunque de manera individual. El quinteto neoyorquino formado en 1981 sería el primero en darse una vuelta, en compañía de, para muchos, el quinto grande: Testament. Los amantes del género no querían perderse este primer capítulo.

¿Y el sonidista?

Tal como ocurrió en las dos fechas de 2011, Testament defraudó nuevamente a los fanáticos. Desde el acorde inicial de “Rise up”, el volumen era tan excesivo que los instrumentos perdían nitidez. A los más fieles poco les importaba esta situación, ya que el solo hecho de ver a su banda a escasos metros les quitaba objetividad. Con las siguientes “More than meets the eye” y “Native blood”, la situación no mejoraría.

Más allá de las cuestiones técnicas, los músicos se mostraron muy predispuestos, en especial su fundador y guitarra líder, Eric Peterson y su cantante emblema, Chuck Billy. Si bien a Petersen se lo observó con energía, la figura central fue Billy por su simpatía y ganas de interactuar. Esa imagen de hombre duro está lejos de su real personalidad. Durante el set no faltó su pedido de cuernitos, puños en alto y voces.

Por más que el audio tuvo una leve corrección, clásicos como “Into the pit”, “Practice what you preach” y “Over the Wall” jamás alcanzaron su verdadero brillo.  Una lástima que en el directo no se pudo disfrutar del muy buen presente discográfico de Testament. Por ejemplo, la nueva “Dark roots of earth”, que da título al último álbum, hubiera estallado en otro contexto. Este defecto, que ya se repitió en varias actuaciones, puede hacer mella en su próxima visita.

Lo que contagian

Lo de Anthrax fue completamente diferente. Desde el arranque sonaron demoledores acompañado por un cuarteto inicial inolvidable: las cuatro canciones que abren su histórico “Among the living” (1987): la que da nombre al CD, “Caught in a mosh”, “I am the law” y “Efilnikufesin (N.F.L.)”. El público enloqueció al escuchar esos himnos en forma continuada y con un audio esplendoroso. Fue demasiada emoción para sus seguidores.

Joey Belladona volvía a demostrar que la vejez le siente bien. Su voz está mejor que nunca, tal cual lo había adelantado el guitarrista y líder, Scott Ian (guitarra). Además desde lo escénico se lo notó muy cómodo con sus compañeros y su público, con una actitud que nunca declinó. Ian es central con sus riffs y por ser el creador de ese trash tan particular que los diferencia del resto. El nuevo violero, Jonathan Donais (en lugar de Rob Caggiano), pasó bastante desapercibido.

Si bien la lista de canciones se centró en el disco “Among the living”, también hubo espacio para el reciente EP de covers llamado “Anthems” (2013). De allí sonó “TNT”, de AC-DC, en una versión similar a la original con un Belladona que calzó a la perfección.

La banda homenajeó a Ronnie James Dio, a Dimebag Darrell en “In the end” y al recientemente fallecido Jeff Hanneman con una parte instrumental de “Raining blood”.

Para el final sorprendió el rapeo del bajista Frank Bello en “I’m the man”, a la que le siguieron las eternas composiciones “Madhouse” y el furioso cover de Trust, “Antisocial”.

Así pasó el primer capítulo con dos grandes shows de Anthrax. Ahora los fanáticos deberán esperar por los otros Big Four: Slayer, el 27 de septiembre en River, Metallica, el miércoles 2 de octubre, y Megadeth, el domingo 6 de octubre acompañando a Black Sabbath, estos dos últimos en el Estadio Único de La Plata.

* Fotos por Fernando Fernández

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