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Ángeles caídos

El director de cine PABLO REYERO, realizador de “Dársena Sur” y “La Cruz del Sur” entre otras películas, verá salir a la luz mañana un nuevo film de su autoría: el documental “Ángeles caídos”.
Según PAULO PÉCORA, de Telam, esta nueva producción rescata el espíritu de lucha de tres jóvenes que enfrentan y superan sus adversidades a través de la música. Justamente, en una entrevista que REYERO otorgó a dicho medio, expresó sobre el origen de la película: “Surgió como una idea de trabajar con jóvenes y mostrar cómo a través de una expresión artística pueden construir una identidad, un lugar de pertenencia y zafar de un entorno adverso”.
PÉCORA resumió el núcleo de “Ángeles caídos” en la vida de tres jóvenes que viven en una villa miseria y dos barrios carenciados de la ciudad de Buenos Aires y que, gracias a la música, construyen un espacio y un grupo de pertenencia, superando sus dificultades y los prejuicios sociales que los aquejan.
Los protagonistas del documental son ELI SUÁREZ, guitarrista y cantante de LOS GARDELITOS, que vive en el complejo de monoblocks del Bajo Flores; MARÍA AGUAYO, cellista de una orquesta infantil y habitante de la Villa 20 de Lugano; y EZEQUIEL ROJAS, violinista de una orquesta juvenil y habitante del barrio Ingeniero Budge.
“Es un documental simple, sencillo y claro, que establece una comunicación directa con el espectador”, afimó REYERO en la citada entrevista, y también agregó: “Mi inspiración para hacerlo fue el decálogo de Kieslowski, que proponía contar historias densas o complejas pero desde una puesta en escena muy sencilla, sintética y clara. Creo que en esa economía y sencillez está la luz y el aire positivo que quería que fluyera al espectador”.
Además, REYERO señaló que hubo “tres elementos fuertes” que explican la génesis del filme: “El primero es mi origen humilde, porque viví en una zona marginal en Villa Gesell, y el segundo es que yo hice música entre los diez y los veintitrés años, cantaba, tocaba la batería y la guitarra, y en ese sentido a mi la música también me salvó. El tercer elemento es que mi viejo falleció en febrero del año pasado y eso fue lo que terminó de cerrar el círculo, fue algo que me disparó internamente la necesidad de darle un cierre a la película”.
Finalmente, en relación al género documental, el director dijo que en el mismo encuentra “una naturalidad muy afín, porque es casi como respirar para mí, no lo siento como un esfuerzo, sino que aprendí a disfrutarlo. La verdad que me alimenta el conocer otras vidas, otros mundos, y el hecho de predisponerme en la actitud de escuchar, de callarme la boca y tratar de comprender al otro, limpiar la mirada y ser más perceptivo”.
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