RESEÑAS

¡AMPARANOIA, si si si!

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AMPARANOIA es de aquellas bandas que, prescindiendo de todo tipo de batahola mediática, logró trascender las fronteras granadinas en las que tuvo origen y llegar a nuestro país de la mano del “Sudamérica Bembé Tour 2005”, con un séquito de seguidores que le dio la bienvenida rebalsando literalmente el boliche de Palermo.

Las razones eran sencillas: escuchar y ver por primera vez en vivo a AMPARO SANCHEZ, la reina, ama y mentora de ese súper menjunje sónico que encuadra dentro de lo que se llama Rock Mestizo -una amalgama musical producto de la fusión de distintas tradiciones culturales y étnicas, lenguas, instrumentos modernos y autóctonos y con amplias dosis de crítica social en sus letras- como también acercarse para curiosear a la persona cuyo padrino (musical y espiritual) es la cara principal de este género que crece cada día más: MANU CHAO.

Gracias a la influencia y perseverancia del ex MANO NEGRA, AMPARO concretizó su paranoia por la música en cuatro discos que se recompilaron en su último trabajo “Rebeldía con alegría”, editado en 2004. El título de la placa no sólo resume (y asume) el espíritu y trayectoria de la banda sino que también lo que fue su presentación en Niceto: energía en estado ebullición que sacudió y movilizó hasta al más correcto, tímido y modosito. Todo ello sin abandonar su espíritu de combatividad y halo de lucha por las distintas causas sociales.

Un pogo con gusto a cachaca

Durante el show no faltaron los clásicos como “La fiesta”, “La semana”, “Dolor, dolor” y “Buen rollito”, temas que acarician sin tapujos los límites del malambo, del ska, el reggae, la rumba, el rock y otros ritmos latinos (y electrónicos) y que convirtieron a la gente en los protagonistas de un pogo masivo con gusto a Caribe que reemplazó los golpes y empujones por caderazos y cachacas efervescentes.

“…si fuera planta me fumaría toda la tarde…”, dispara entre líneas “Si fuera”, dejando así relucir entre violines esa voz fuerte y jugosa que AMPARO –de rojo furioso- también utilizó para dedicar su música “a todos los rebeldes, a todos los zapatistas”, y para proclamar como vocera del mundo “que se haga del respeto a la mujer una costumbre”.

“Somos el viento/ que baila y que canta/ si estamos juntos, somos huracán” reza en “Somos viento”, tema que da nombre a la tercera placa de la banda y que condensa gran parte de la influencia del movimiento zapatista mexicano que AMPARO adquirió en su viaje a Chiapas años atrás.

En “En la Noche”, un ejercito de rumberas copó el escenario creando un clima de éxtasis y epilepsia rumbera que se transformó en melancolía pura cuando MIMI MAURA subió al escenario para cantar junto a AMPARO ese bolero desesperado llamado “Moreno”. Un despilfarro de emociones que terminó con las 900 personas presentes de rodillas al escenario luego que la prolífica líder –omitiendo el contrabajo, la trompeta, el teclado, la percusión y las dos guitarras- cantara a capella “Redemption Song” de BOB MARLEY y “Por el suelo” de MANU CHAO.

Cuando todo parecía haber terminado, los españoles volvieron al escenario por pedido de la gente y finalizaron sus dos horas de show con el bis de la canción “La Fiesta”: tema que dice que la fiesta que uno tiene (y que busca) se lleva bien adentro. Fiesta que nadie dudó en sacar afuera y que indefectiblemente relució gracias a esa música que une y que permite que la gente se sienta mucho mejor.

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